Tras un debate en el foro muy bien llevado y propuesto por parte de mis apreciados aLFRe y Ricardo G. Siveira y después de un año por aquí me he dicho, ¡venga, Po!, a escribir un arículo en el blog de una vez. (Sí, muchos de mis amigos me llaman Polonio, no es sólo un alias para la Web de Física: desde hace tiempo me llaman así y, algunos, los que me bautizaron Polonio, me llaman Po cuando están graciosos.)

Bueno, pues me estreno con temas políticos.

Hablemos de la crisis.

Todo este colapso del sistema capitalista ultraliberal se predijo por varios economistas e intelectuales (ahora no me acuerdo de sus nombres, pero entre ellos un premio Nobel de Economía estadounidense) en la década de 1990 (e incluso finales de la de 1980).

El colapso recae sobre la sobreexplotación de recursos, fundamentalmente, y la superproducción (más adelante, si me animo, daré cifras, las tengo por ahí).

En el "primer mundo" ya se han colmado las necesidades básicas y las no básicas (se comercializa incluso el ocio, el lujo,...). Se ha saturado el mercado. ¡Joder, que no acaba uno de aprender cómo se usa el móvil ya te estás comprando otro "mucho mejor"!

Ahora le toca consumir al "tercer mundo"... pero, ¡coño! aquí se estrella el invento: estos países están explotados, están para producir materia prima e incluso manufactura, pero si tienen que consumir también, deben cobrar para ello y dejan de ser rentables y, además, ¿quién produce ahora? ¡Peligro!... si aprenden cómo manufacturar, pueden cobrar independencia. Aunque, bueno, no tienen los canales de distribución. En fin, esto es el fin, porque aunque no se queden con el negocio, ni se metan en él, no pueden consumir (ni comerse los reproductores MP3).

Bueno, pues queda la vía "vendamos lo que podamos" aunque sea sin cobrar y, además, sobrevalorando y especulando (los inmuebles, sobre todo), total, ya que me voy del convento... ¡me cago dentro! Eso es lo que han hecho los insignes magnates de las finanzas del mundo libre y capitalista: que se hunden las empresas... pues que se hundan, ya salvarán los idiotas de los cuidadanos y sus gobiernos (en connivencia con este caduco sistema) el "imprescindible" sistema fiananciero mientras estos magnates exprimen la última gota de jugo del invento descojonándose en nuestras caras y jubilándose tranquilamente con los bolsillos repletos.

¡Vaya si saben los gobiernos cómo atajar esto! ¡Vaya si se sabía que iba a pasar esto! Pero como el sistema económico en el que nos movemos es sacrosanto y no se puede ni cuestionar (en ellos se asientas los gobiernos de estos estados), pues ¡a trabajar! (los que conserven su trabajo) para sacar adelante los estados y sus gobiernos y sus finanancieros (hasta que otros listillos inventen cómo llevárselo calentito).

Una de las cosas que más me toca los cojones, con perdón de la expresión, es cómo le echan cara y nos dicen que hay que arrimar el hombro, que los ricos ya no lo son tanto. ¡Que sí , coño, que hay que ser responsable y salvar "nuestro" sistema!

Por cierto, como pasan por dificultades, desde aquí me ofrezco a hacer una plataforma para que, directamente, nuestros sueldos vayan a las instituciones financieras y las podamos salvar. (Así no tengo que pagar en forma de impuestos para que el gobierno se lo dé a los bancos... y nos ahorramos ese camino.) Tened en cuenta que los banqueros no piden limosna, eso es de pobres: ¡se quedan con todo!

Señor, Botín (y demás caterva que anda libre por las calles... de paraísos fiscales), ¿sería usted tan amable de aceptar mi mísero sueldo? Sé que es una mierda, pero entiendo sus necesidades... al pueblo ya no tiene qué robarle y eso tiene que ser muy triste.

O, mejor, ¿y si dejáramos de hacer uso alguno de los bancos? Que se vea, de verdad, lo útiles que son en nuestra sociedad...

Algo habrá que hacer porque esta gentuza que se queda con todo ya están en el paraíso (fiscal, por supuesto) y algún ratito tendrán que acompañarnos en éste, nuestro infierno.

Gracias por aguantar esta perorata.

Salud.