La palabra castellana república se forma del latín 'res publica' que se traduce por 'la cosa pública' y viene a designar una forma política en la cual el poder de decisión lo tiene el pueblo
no el monarca - en el sentido antiguo de las monarquías -.

La forma política de Roma era inicialmente la monarquía:
el Rey era elegido y había un Senado que podía ser consultado.
Decir sobre el Senado en este periodo, que era ocupado por 30 patricios,
cada uno de los cuales representaba a un gens - grupo de varias familias de ciudadanos -

Aproximadamente en el 500 a.C. Roma se convirtió en República.
Las altas responsabilidades civiles y políticas se delegaban en dos cónsules
y varios magistrados.
Bajo ciertas condiciones, uno de los cónsules podría nombrar una autoridad suprema,
'dictator et magister populi' que ejercía como tal por un periodo de seis meses.
Por otra parte los plebeyos eran defendidos por dos 'tribunos' elegidos por la plebe.

La última etapa de la República romana estuvo salpicada de dictadores, guerras civiles,
conflictos sociales y acabó en una nueva forma política, el Imperio.

Lucio Sergio Catilina procedía de familia noble pero venida a menos.
Su padre resultó ser mediocre y él se propuso recuperar el prestigio familiar.
Presentó su candidatura a ocupar cargo de cónsul,
una de los dignidades de las que os he hablado antes,
no le salieron bién las cosas y lo intentó en segundas con el soborno.

Marco Tulio Cicerón inició su carrera política durante el periodo de la República,
allá por el año 70 a.C. y coincidió con Catilina.
Denunció las maquinaciones de éste y fue nombrado cónsul.
Hasta tal punto llegaron las cosas que estuvo a punto de iniciarse una guerra civil.

Cicerón pronuncia cuatro discursos, creo que todos en el Senado,
conocidos con el nombre de "Las Catilinarias".
El primero de estos discursos empieza, creo, así :

Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet?
Quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?
Paciencia tiene varias acepciones :
1.f. Capacidad para soportar con resignación desgracias,trabajos,ofensas,etc.:
pero también
2.Tranquilidad para esperar.
Un saludo.