Hola.


Me estreno como bloguero y espero que seais tolerantes conmigo. Para ello, he elegido un tema que ronda por mi cabeza desde hace mucho tiempo. Podría parecer pretencioso querer plantear la pregunta:¿Qué es el tiempo? Por lo tanto, me gustaría esbozar el conocimeinto que he adquirido a través de mis lecturas y pensamientos. Espero que sea de vuestro agrado.

A la hora de hablar del tiempo existen dos trampas opuestas y complemetarias que debemos procurar evitar. La primera, que llamaré "la trampa del filósofo", consiste en afirmar que la cuestión del tiempo ha sido resuelta por Kant, Heidegger y otros filósofos. En efecto, hace del tiempo un concepto estático del cual ya no tenemos más que decir. la segunda, que llamaré "la trampa del físico", se basa en el concepto matemático del tiempo. Ocurre que, para la mayoría de los estudiantes de física, la cuestión del tiempo esta determinada en toda completitud por la "matematización" del tiempo, esto es, identificamos el tiempo con la variable t.

Estas serían las dos trampas que convienen evitar ( intentaré demostraros más adelante que son verdaderas trampas...). Además, existen unos cuantos obstáculos ( ya no son trampas sino limitaciones) que nos impiden expresar el concepto del tiempo. A modo de introducción, os comentaré cuatro de dichos obstáculos ( he registrado unos diez más todos los que no he sabido encontrar) que me parecen los más destacados.

El primer obstáculo, uno de los más antiguo ya que lo expresaron San Agustín y Pascal entre otros..., es la imposibilidad de definir el tiempo sin recurrir a metáforas y tautologías. Reto a cualquiera que defina el tiempo sin presuponer la idea de tiempo. Efectivamente, como todos sabréis, definir un concepto es deducirlo a partir de conceptos más fundamentales, no obstante, no existe ningún concepto más fundamental que el de tiempo. Es una palabra primitiva. Podemos intuir dicho concepto a partir del movimiento, del devenir, del cambio. del espacio, .... pero el tiempo no tiene ninguna relación de posterioridad respecto de estos últimos. Por ello, hay que desconfiar del lenguaje para definir el tiempo. Además, el mero hecho de decir el tiempo nos obliga a sustantivar la palabra y surge la pregunta de la naturaleza del tiempo. ¿Deberíamos olvidar la palabra para resolver el dilema?

El segundo obstáculo, estrechamente relacionado con el primero, es que el lenguaje es impotente frente al concepto de tiempo por ser ambígüo, ambivalente... pero no deja de ser elocuente. Es decir que no es capaz de definir el tiempo pero su misma estructura determina nuestra manera de pensarlo. Os daré un ejemplo para que entendáis a lo que me refiero. Solemos decir que el tiempo pasa o transcurre y que, precisamente, lo que hace la temporalidad del tiempo es que pase. ¿Es esto cierto? No nos engañemos, lo que pretendemos decir con esta expresión es que el futuro se vuelve presente para volverse pasado. Es esta sucesión de momentos del tiempo la que queremos resaltar con el transurso del tiempo. Pero el pasado, por ser pasado, ya no transcurre. Además, la función más basica del tiempo es la de renovar contínuamente el instante presente, por lo tanto el tiempo hace pasar la realidad. Finalmente, como dicha realidad no deja nunca de pasar, el tiempo que la hace pasar no pasa. El error que se comete es el de confundir el objeto con su función. Cometeríamos el mismo error al decir que un camino camina. El camino no camina, sino que permite caminar y el tiempo no pasa sino que hace pasar la realidad. Bastantes físicos están deacuerdo en decir que lo único, en el universo, que no pasa es el tiempo. Siempre está ahí renovando el instante presente.

El tercer obstáculo, todavía relacionado con la impotencia del lenguaje para definir el tiempo, se puede resumir con un ejemplo que daré a continuación. El hecho de que el lenguaje nos engañe y nos lleve a falsedades, nos hace creer que deberíamos "pensar" el tiempo a través de analogías, metáforas, imágenes... En un grán número de casos, se suele hacer la analogía tiempo-río. Lo que se hace, pues, es atribuir al tiempo las propiedades que tiene los ríos. Revestimos así, al tiempo, de aprioris clandestinos que bajo la crítica no aguantan ni un minuto. Para empezar, la velocidad es un concepto que se puede medir y definir para un río pero ¿Como se define la velocidad del tiempo? Solemos atribuir al tiempo una velocidad e incluso una aceleración ( pasa cada vez más deprisa etc...). La velocidad es una derivada con repecto del tiempo.Es pues, una tautología y no se puede conceptualizar la velocidad del tiempo. Si la quisiéramos definir, deberíamos decir que le tiempo es aquello que avanza 24 horas cada 24 horas ( vaya redundancia... ). Entonces, ¡El tiempo no tiene velocidad! Cuando, en relatividad, nos referimos a que, entre distintos referenciales, el tiempo transcurre más o menos de prisa es una absurdidad. Cuando quermos expresar la paradoja de los gemelos de Langevin con velocidades del tiempo diferentes en los distintos referenciales cometemos un error garrafal que, bajo el punto de vista lógico, es un error. No obstante seguimos haciendolo. Es decir que, a pesar de los avances científicos ( físicos...), hablamos del tiempo como en la época "pre-Galileo" cuya inspiración es la imagen del río. El eje de los tiempos que solemos dibujar no es más que una sublimación de dicha imagen. Efectivamente, para hablar del curso del río debemos imaginar "algo" en lo que fluya . Entonces, ¿Dentro de qué fluye el tiempo?¿En que espacio dibujamos el eje del tiempo? Entonces, uno se ve con la necesidad de inventar un objeto que no fluye y en el que fluye el tiempo. Es decir que para que sostenga y sea coherente la idea del fluir del tiempo, debemos inventar la idea de no-tiempo, lo que, desde luego, no era nuestro propósito. Otra contradicción a la que nos lleva la analogía con el río es la de "motor". Sabemos que el "motor" del río ( lo que lo hace fluir) es la gravedad pero ¿Cual es el motor del tiempo? De momento no tenemos respuesta a esta pregunta ( QUIZAS POD PUEDA ARROJAR ALGO DE LUZ GRACIAS A LA TEORÍA DE LAS CUERDAS....).

El último obstáculo, quizás el más destacado, al que me quería referir para concluir esta introducción, es el de confundir el tiempo con los fenómenos temporales. Esto es, atribuimos al tiempo las propiedades de los acontecimientos que ocorren en el tiempo. Cuando observamos un fenómeno cíclico, tendemos a decir que el tiempo es cíclico; cuando observamos un fenómeno caótico, solemos decir que el tiempo es caótico ( lo he visto en bastantes libros sobre la teoría del caos...). Hablamos del tiempo del filósofo, del tiempo físico, del tiempo cosmológico, del tiempo geológico, del tiempo psicológico etc... Pero en realidad, no hay tiempo geológico sino que hay fenómenos geológicos en el tiempo. Nos tenemos que resistir a la tentación de crear tantos tiempos como fenómenos temporales que no convergerán hacia la misma noción de tiempo.

Para concluir esta introducción me gustaría plantear la siguiente pregunta que será el tema de mi próximo post ( en realidad es de lo que quiero hablar)

¿Porqué razón solemos atibuirle más importancia o veracidad al tiempo físico antes que a los demás?

Intentaré dar un repaso de la física hasta el día de hoy para contestar a la anterior pregunta. Cualquier matiz, sugerencia y corrección son bienvenidos. Espero que participéis.

P.D: Os ruego me disculpéis por las faltas de ortografías o en el mal uso de alguna palabra. Soy francés ( aunque llevo 7 años viviendo en España) y os pido que seáis tolerantes.