Mi padre pasaba muchos meses fuera de casa.
Trabajaba en la Marina Mercante.
Pero la de mi padre,
y de paso la de mi familia,
es otra historia,
que algún día, amigo léctor,
si sigues visitándome, prometo contarte...

El peso de la casa y de atendernos a mi
y a mis dos hermanas recayó sobre mi madre.
Yo estudiaba.
Yo siempre estaba estudiando.
No tenía que preocuparme de otra cosa.
Creo que gracias a ella, completé mi educación
con muchos más sobresalientes que notables.

Hoy me remonto a principios de los ochenta.
Una tarde, casi de noche, mi madre fué a la compra
con prisas como siempre,
que siempre tenía mucho trabajo, la pobre.
De repente, empezó a llover copiosamente.
Dejé mis derivadas, y comprobé que no se había llevado el paragüas.
Lo cogí y salí a la calle.
Al final casi de la calle Baños,
mi madre estaba en la puerta comentando con el verdulero
lo mucho que llovía.
Entonces mi madre me vió, me dijo:
"Hola, aLFRe"
and then she smiled to me.
Nos repartimos las bolsas con las frutas y las verduras,
le dijimos adiós al frutero
y volvimos a casa.

Qué fáciles me parecen ahora
aquellas derivadas mías de bachillerato,
Ojalá todo tuviese una fácil solución
recoger un paragüas y recorrer una calle bajo una lluvia copiosa.