Nuestra Razón, nuestra capacidad de distinguir
lo posible de lo imposible,
la realidad de la ilusión,
lo que nos beneficia de lo perjudicial
y de guiar nuestros actos de acuerdo con los usos
de nuestra sociedad
debe, por fuerza
si no aceptamos que nos viene de Dios,
estar gobernada por las leyes
de la Física y de la Química.
Dramatis personae, receptores, transmisores, inhibidores, antagonistas,
fórmulas, la ley de acción de masas, equilibrio y cinética...
espacio, las sinápsis y tiempo, los ciclos circadianos.
Pero, Razón, su señoría...
¿por qué es tan complicada su Biología ?

Estuve en Neurología de un hospital de Sevilla.
El pasado Martes también.
Hoy el calor allí era insoportable.
Una mujer abanicaba a su marido,
que apenas puede respirar, tumbado en una camilla.
Hay una cola, pido la vez y me responde una mujer que acompaña a una joven.
La chica debe de tener 15 años,
tiene toda la hermosura de una flor en primavera.
Miro sus brazos y sus muñecas están vendadas,
que un día abrió allí dos fuentes para que,
entre lágrimas rojas,
se le fuesen sus años de vida.
Y no me lo puedo sacar de la cabeza.

Ahora, con la venia, su señoría,
vengo en decirle esto:
en el país de los locos, que extraña parece su monarquía.