Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
De Luis Cernuda, un poeta sevillano de la generación del 27.
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DoNDe HaBiTe eL oLViDo.
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La generación del 27, a la que pertenece Luis Cernuda,
recoge muchas corrientes artísticas novedosas de principios del siglo XX.
Quizás no suene como las rimas de Becquer,
pero efectivamente es un poema.
Aparte de sus libros y algunas fotos, de Cernuda
se conserva un azulejo a la entrada de una casa en la que habitó.
Suelo pasar mucho por esa calle.
Otra gran obra de este poeta, "Soliloquio del Farero", aunque un poco triste.
un saludo,
fernanda-