Una de las cosas que suelen empezar a pasarte cuando superas los 25 años
es que tus amigos de toda la vida adquieren el mal hábito a empezar a casarse
y te invitan a sus bodas.

Que te inviten a una boda es algo francamente horrible
y que te aparta del estudio de la Física...
algo que es el único interés de mi vida.

El lapso temporal que transcurre desde que eres invitado
hasta que finalmente tiene lugar el evento, con sus horribles estadios:
la búsqueda del regalo adecuado,
la despedida de soltero del novio,
la despedida de soltero de la novia,
el madrugón del día de la boda y la mancha inoportuna en tu traje,
la llegada del novio a la iglesia, la de la novia,
la cháchara con toda aquella gente horrible que te traumatizó en el colegio
y a la que en buena hora un día perdiste de vista con la ilusión
( que ese día descubres que fué el cuento de la buena pipa )
de no volver a ver en el jamás de los jamases,
la ceremonia en sí,
el banquete
y la vuelta a casa...
da lugar a un anecdotario variado que suele atormentarte el resto de tus días...
y con el cual pienso atormentaros hoy yo a vosotros.

Cuando te invitan a una boda siempre aparece el problema del regalo.
Recorrer comercios y tiendas de Sevilla a la búsqueda de un presente adecuado
a la importancia que tienen para tí los contrayentes es una experiencia horrible
tarea que, además de requerir una inventiva apropiada,
requiere una inversión de tiempo y dinero de los cuales, en general,
el estudiante de Física anda algo escaso.
Yo dediqué dos semanas a esto en la primera boda a la que fuí invitado
y llegué a lo que yo llamo el primer triplete de aLFRe.
¿En que consiste el primer triplete de aLFRe?
Bueno... en pocas palabras, las opciones de regalo disponibles son
una sandwichera, una batidora o una plancha para hacerte pescaditos sabrosones
y no me como más el coco.

Para que lo entendais, como agasajo en la última boda a la que acudí
adquirí una batidora,
por lo cual, si tú, amable lector,
si vas a casarte en breve y me invitas recibirás una plancha para gambitas...
Fácil ¿ no ?

Bueno... las ideas de aLFRe suelen ser algo con lo que aLFRe tortura a sus compañeros
entre clase y clase en los pasillos de la Facultad, por lo cual yo diría que mis amigos
ya las conocen.
Una de las cosas más molestas es cuando voy a adquirir el regalo y me encuentro
con un compañero de clase. Llevo una agenda apretada... esto es, comprar el cachivache
y volver a casa y este tipo de encuentros perturban el plan original.
Así me sucedió hace unos meses... iba a comprar yo la batidora cuando me encontré
con mi compañera de Facultad... la señorita N.

Oye aLFRe ¿ la señorita N. es física ?
No... de momento la señorita N. no es física...
yo diría que se lo está pensado.

El caso es que cuando le conté a la señorita N. que iba a adquirir un regalo para un enlace... ella sonrió, de esa forma usual que tiene N. de sonreir y comentó...

Escrito por N
Vaya me pregunto que tocará ahora... la batidora... la sandwichera o la planchita.
Bueno yo diría que encuentro este tipo de comentarios algo desagradables...
porque evidencia un poco que mi vida se desarrolla en un lodo de cutrerio.
Así que medité en la forma de vengarme de la señorita N.
La ocasión me llegó unos días después cuando N. me invitó por teléfono
a su cumpleaños.

Escrito por N
Hola aLFRe. Soy N... tu compi de Física.
Que voy a celebrar mi cumple la semana que viene y por si te quieres pasar.
N y yo somos buenos amigos por lo cual era necesario comprar un regalo.

Escrito por aLFRe
Imposible, N.
Muchas gracias, pero ya sabes que mi vida está consagrada al estudio de la Física
en exclusividad
y distracciones de ese tipo son francamente un inconveniente.
No obstante te enviaré un regalito por paquetería.
La señorita N. se quedó en silencio por un momento,
seguramente se mordisqueó el labio inferior,
en esa forma usual que tiene N. de morderse su labio inferior
y comentó...

Escrito por N
Vaya me pregunto que me tocará a mí, si la batidora... la sandwichera o la planchita.
Qué dulce es la venganza a mediados de noviembre en Sevilla.
Hace unos días, descubrí que en la calle Jesús del Gran Poder
se había abierto una tienda, creo recordar que el nombre era
"Travesuras de la Niña Mala"
y allí me dirigí a comprar un regalito para la señorita N.

Regalar lencería es algo que no es tan fácil como puede parecer puesto
que tiene su propio lenguaje.
No regaleis lencería negra a una chica con la que no teneis
algun tipo de romance puesto que puede ser insultante.
Dudé un poco entre unas botas altas o un zapato de tacón fino...
y también en si incluir una fusta o no...
pero finalmente creo que compré lo que llevaba en mente.

Un unos días la señorita N. que no es física, se lo está pensando
recibirá su regalo... y espero que no se sienta defraudada por no ser
ni una sandwichera ni una batidora ni una plancha para las gambitas.
He incumplido el primer triplete de aLFRe...
pero creo que en unos días mi vida retornara a desarrollarse
conforme a todos esos usos y costumbres de siempre
Mientras tanto... espero que a mi amiga N. le haya sorprendido mi regalo
y que ella y su novio lo disfruten

Un saludo y gracias por leerme.