A veces las cosas que pasan te sorprenden, y sin duda yo no dejo de sorprenderme cada vez que leo el prólogo del libro COSMOLOGY de Steven Weinberg, editado por la Cambridge. A parte de ser un libro excelente sobre cosmología cubriendo los temas de interés y que se pueden someter a test observacionales, yo disfruto mucho del comentario que Steven hace en el prólogo y que paso a reproducir:

In 1999 I finished my three-volume book on the quantum theory of fields
(cited here as “QTF”), and with unaccustomed time on my hands, I set myself the task of learning in detail the theory underlying the great progress in cosmology made in the previous two decades. Although I had done some research on cosmology in the past, getting up to date now turned out to take a fair amount of work. Review articles on cosmology gave good summaries of the data, but they often quoted formulas without giving the derivation, and sometimes even without giving a reference to the original derivation. Occasionally the formulas were wrong, and therefore extremely difficult for me to rederive. Where I could find the original references, the articles sometimes had gaps in their arguments, or relied on hidden assumptions, or used unexplained notation. Often massive computer programs had taken the place of analytic studies. In many cases I found that it was easiest to work out the relevant theory for myself. This book is the result.
Traducción:

En 1999 terminé los tres volúmenes de teoría cuántica de campos (citado aquí como QFT), y con un inusual tiempo libre, me propuse la tarea de aprender detalladamente la teoría que subyace al gran progreso en cosmología acaecido en las dos décadas precedentes. Aunque en el pasado hice alguna investigación en cosmología, llegar a ponerme al día se volvió un trabajo considerable. Los artículos de revisión de cosmología proporcionan buenos resúmenes de los datos (observacionales), pero frecuentemente aparecen fórmulas sin ninguna derivación, e incluso algunas veces sin ninguna referencial a la derivación original. Ocasionalmente las fórmulas era erróneas, y por lo tanto me fue extremadamente difícil rederivarlas. Donde podía encontrar las referencias originales, me encontraba a veces, con que los artículos tenían lagunas en sus argumentos, se basaban en hipótesis que no formulaban, o se usaba una notación que no estaba explicada. A menudo, programas computacionales toman el papel de los estudios analíticos. Por lo tanto, en muchos casos encontré que era mucho más fácil rehacer la teoría relevante por mi mismo. Este libro es el resultado.


Y esto a mi me deja helado y sorprendido.

Ahí tenemos un señor, que sin duda sabe de lo que habla, que se pone a estudiar cosmología. Lo que encuentra no le satisface mucho porque hay cosas que no se explican, fórmulas que aparecen de la nada, resultados computacionales sin base analítica, etc... Y claro, ¿qué tiene que hacer el hombre? ¿qué haría cualquiera en su lugar?

Facilísimo, se rederiva la teoría cosmológica y ya de paso se escribe un libro.

Como cualquier hijo de vecino....

De quitarse el sombrero.