Imagínense una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso y una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado, y un dispositivo tal que si la partícula se desintegra, la botella que contiene el veneno rompe y el gato muere. Todo este sistema depende de la partícula radiactiva la cual sigue todas las leyes de la mecánica cuántica.
Siguiendo la interpretación de Copenhague,mientras no abramos la caja, el sistema, descrito como función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y un gato muerto. En el momento que abramos la caja, la acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a la superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.
Después del gato de Schrodinger existen experimentos imaginarios similares como por ejemplo, uno que me llamó la atención, el suicidio cuántico.
El experimento trata de distinguir entre la interpretación de Copenhague y la teoría de los universos múltiples de Hugh Everett a través de una variación del gato de Schrodinguer.
El experimento supone un hombre sentado con un arma que apunta hacia su cabeza. El arma es manipulada por una máquina que mide la rotación de una partículas subatómica. Cada vez que el hombre apriete el gatillo el arma se disparará dependiendo del sentido de la rotación de la partícula: Si gira en sentido horario el arma dispara, en sentido contrario no lo hace.
Según la interpretación de Copenhague, con cada ejecución del experimento existe un 50 % de posibilidad de que el arma sea disparada y el hombre muera. La teoría de los universos múltiples plantea que cada ejecución del experimento divide el universo en dos: uno en que el hombre vive y otro mundo en el que muere. Después de muchas series de la prueba, habrá muchos universos. En todos ellos menos en uno el hombre dejará de existir, pero siempre habrá un universo donde siga existiendo.Desde el punto de vista del hombre, por mucho que apriete el gatillo del arma nunca se disparará, toda vez que su conciencia seguirá existiendo en muchos de los universos. Esto último se denomina inmortalidad cuántica.