¡Hola de nuevo!
Como recordaréis, la semana pasada me reencontré con mi padre muchos siglos tras muchos siglos sin verlo. Por cierto, esta mañana le he estado mostrando vuestras respuestas a nuestro desafío anterior, y tengo que decir que ha quedado algo decepcionado al ver su escaso poder de convocatoria. No temáis participar, que pese a la fama que tengo, ¡ya no petrifico a los que hierran mis enigmas!
Para celebrar el reencuentro, hemos decidido salir de viaje juntos para celebrar el día de Alberto, patrón de la Física. Elegir el destino siempre es un problema, no hay muchos lugares donde aprecien el desorden causado por los viento de mi padre Tifón. Por suerte, tengo un... conocido que ha aceptado de buen grado nuestra visita.
Se trata de Croto, el habitante de la Casa de Sagitario. Siempre que se lo he pedido, me ha acogido con brazos abiertos,... y con su permanente priapismo. Que aunque una sea de piedra, también sabe divertirse. En esta ocasión, se ha decepcionado al saber que no acudía sóla, pero aún así no se lo ha pensado dos veces antes de invitarnos a su humilde morada celestial.
Ayer por la noche, Tifón y yo llegamos a la casa que Croto tiene en la calle del horóscopo. Mientras celebrábamos la fiesta onomástica de la Física, nuestro anfritión nos ha estado explicando que le siguen escociendo sus dos grandes frustraciones históricas. En primer lugar, no lleva muy bien que todo el mundo se piense que él es un centauro, cuando en realidad es un sátiro, mitad hombre mitad carnero. Pero lo que realmente le repatea es que haya tanta gente que use su nombre, y el de sus vecinos, para hacer pseudociencia.
Como sé que estos temas son polémicos, rápidamente reconduje la conversación hacia sus grandes éxitos de antaño. En primer lugar, le pregunté sobre uno de sus mayores inventos, el aplauso. Croto se enorgulleció, me explicó como todo el mundo imitó su gesto dando palmas cuando admiraba la belleza de las musas. No obstante, me dijo que hacía mucho que no trabajaba en este campo, le parecía que la técnica de los aplausos no necesitaba mayor progreso.
En lo que sí ha estado trabajando es su otra gran invención, el tiro con arco. Nos contó que ha estado desarrollando un mecanismo que permite lanzar las flechas a una velocidad cercana a la de la luz. Sin embargo, nos comentó que tiene un curioso problema: las flechas lanzadas se acortan.
«No me refiero a la contracción de longitudes, eso ya lo he tenido en cuenta», comenta, «la longitud propia de la flecha se acorta». Al parecer, tras muchas noches sin dormir para entender el problema (aunque dado su priapismo, tampoco hubiera dormido).
Finalmente, dio con el motivo: «Tiene que ver con que la información no puede viajar a mayor velocidad que la de la luz. Cuando la cuerda propulsa la flecha, la empuja por la parte posterior, llamada pluma. La información del cambio de velocidad tarda un tiempo en llegar a la punta de la flecha. Es decir, durante cierto tiempo proporcional a la longitud de la flecha, la pluma está avanzando pero la punta no, con lo cual la flecha se acorta».
Al decir esto, el titular de la casa de Sagitario se mostró satisfecho de haber comprendido el problema. Sin embargo, nos dijo que algo no le acababa de cuadrar. «Lo que me extraña es que este fenómeno no aparece con las flechas tradicionales, más lentas. ¿Por qué es necesario tener velocidades relativistas para observar este fenómeno? ¿Qué condiciones debe cumplir la trayectoria de la flecha para que se llegue a notar?».
No te preocupes, Croto. Seguro que nuestros amigos de La web de Física podrán ayudarte a comprender mejor el comportamiento de los sólidos rígidos en relatividad.
Como recordaréis, la semana pasada me reencontré con mi padre muchos siglos tras muchos siglos sin verlo. Por cierto, esta mañana le he estado mostrando vuestras respuestas a nuestro desafío anterior, y tengo que decir que ha quedado algo decepcionado al ver su escaso poder de convocatoria. No temáis participar, que pese a la fama que tengo, ¡ya no petrifico a los que hierran mis enigmas!
Para celebrar el reencuentro, hemos decidido salir de viaje juntos para celebrar el día de Alberto, patrón de la Física. Elegir el destino siempre es un problema, no hay muchos lugares donde aprecien el desorden causado por los viento de mi padre Tifón. Por suerte, tengo un... conocido que ha aceptado de buen grado nuestra visita.
Se trata de Croto, el habitante de la Casa de Sagitario. Siempre que se lo he pedido, me ha acogido con brazos abiertos,... y con su permanente priapismo. Que aunque una sea de piedra, también sabe divertirse. En esta ocasión, se ha decepcionado al saber que no acudía sóla, pero aún así no se lo ha pensado dos veces antes de invitarnos a su humilde morada celestial.
Ayer por la noche, Tifón y yo llegamos a la casa que Croto tiene en la calle del horóscopo. Mientras celebrábamos la fiesta onomástica de la Física, nuestro anfritión nos ha estado explicando que le siguen escociendo sus dos grandes frustraciones históricas. En primer lugar, no lleva muy bien que todo el mundo se piense que él es un centauro, cuando en realidad es un sátiro, mitad hombre mitad carnero. Pero lo que realmente le repatea es que haya tanta gente que use su nombre, y el de sus vecinos, para hacer pseudociencia.
Como sé que estos temas son polémicos, rápidamente reconduje la conversación hacia sus grandes éxitos de antaño. En primer lugar, le pregunté sobre uno de sus mayores inventos, el aplauso. Croto se enorgulleció, me explicó como todo el mundo imitó su gesto dando palmas cuando admiraba la belleza de las musas. No obstante, me dijo que hacía mucho que no trabajaba en este campo, le parecía que la técnica de los aplausos no necesitaba mayor progreso.
En lo que sí ha estado trabajando es su otra gran invención, el tiro con arco. Nos contó que ha estado desarrollando un mecanismo que permite lanzar las flechas a una velocidad cercana a la de la luz. Sin embargo, nos comentó que tiene un curioso problema: las flechas lanzadas se acortan.
«No me refiero a la contracción de longitudes, eso ya lo he tenido en cuenta», comenta, «la longitud propia de la flecha se acorta». Al parecer, tras muchas noches sin dormir para entender el problema (aunque dado su priapismo, tampoco hubiera dormido).
Finalmente, dio con el motivo: «Tiene que ver con que la información no puede viajar a mayor velocidad que la de la luz. Cuando la cuerda propulsa la flecha, la empuja por la parte posterior, llamada pluma. La información del cambio de velocidad tarda un tiempo en llegar a la punta de la flecha. Es decir, durante cierto tiempo proporcional a la longitud de la flecha, la pluma está avanzando pero la punta no, con lo cual la flecha se acorta».
Al decir esto, el titular de la casa de Sagitario se mostró satisfecho de haber comprendido el problema. Sin embargo, nos dijo que algo no le acababa de cuadrar. «Lo que me extraña es que este fenómeno no aparece con las flechas tradicionales, más lentas. ¿Por qué es necesario tener velocidades relativistas para observar este fenómeno? ¿Qué condiciones debe cumplir la trayectoria de la flecha para que se llegue a notar?».
No te preocupes, Croto. Seguro que nuestros amigos de La web de Física podrán ayudarte a comprender mejor el comportamiento de los sólidos rígidos en relatividad.
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