¡Hola a todos!
Parece mentira que haya transcurrido tanto tiempo desde la última vez. ¿Cómo os ha ido todo? Yo, durante estos meses, he seguido como siempre, viajando y viajando, visitando las muchas amistades que he cultivado a lo largo de muchos siglos.
Estos días los estoy pasando en la otra esfera, huyendo un poco del insoportable calor de Giza. Es que no podéis llegar a imaginar como se me ponen las plumas de las alas si sudo demasiado.
Siempre que tengo la oportunidad de visitar el mundo de los que ya se fuero, disfruto como un cachorro de esfinge escuchando las historia de los grandes personajes de la historia. Y esta tarde he tenido la fortuna de compartir una amena sobremesa con quien propició la primera gran revolución de la Física científica, Isaac Newton.
Un la vida hombre tan polifacético, y tan polémico, han dado para horas y horas de conversación. Uno de los momentos en que más disfruté fue el relato de cómo llegó a construir el que se cree fue el primer telescopio reflector de la historia.
Me comentó que había decidido realizar esa innovación para evitar el problema de la dispersión cromática. Hasta ese momento, los telescopios utilizados en observaciones astronómicas utilizaban lentes como objetivo. Pero como la luz blanca está compuesta por rayos de todos los colores, y el índice de refracción cambia para los diferentes colores, entonces si se incrementan los aumentos de la lente, los diferentes colores podrían llegar a separarse, deformando la imagen.
Por ese motivo, decidió utilizar las propiedades de los espejos. La ley de la reflexión es independiente de la longitud de onda de la luz, y por lo tanto todos los colores se reflejarán de la misma forma.
Sin embargo, me confesó que su primera prueba no funcionó como esperaba. Efectivamente, obtuvo una imagen donde la luz blanca seguía siendo blanca... pero obtenía múltiples imágenes de la misma estrella, como en la imagen siguiente.
Lo que veía era bastante curioso. Había una imagen principal, bastante brillante (etiquetada con el número 1 en la imagen adjunta). A un lado, había una sóla copia de la imagen algo más tenue (con el número 0 en la foto). Pero al otro lado habían muchas otras copias, cada vez mas débiles (con la etiqueta 2, 3, ...).
Isaac parecía avergonzado cuando confesó que el problema un error de diseño básico del espejo, pero que se quedó sin dormir muchas angustiosas noches hasta caer en la cuenta. Naturalmente, le calmé. Ahora, con trescientos años más de conocimiento Físico acumulado, seguramente los usuarios de La web de Física lo tendrán bastante más fácil para explicar el motivo de semejante desaguisado óptico.
Parece mentira que haya transcurrido tanto tiempo desde la última vez. ¿Cómo os ha ido todo? Yo, durante estos meses, he seguido como siempre, viajando y viajando, visitando las muchas amistades que he cultivado a lo largo de muchos siglos.
Estos días los estoy pasando en la otra esfera, huyendo un poco del insoportable calor de Giza. Es que no podéis llegar a imaginar como se me ponen las plumas de las alas si sudo demasiado.
Siempre que tengo la oportunidad de visitar el mundo de los que ya se fuero, disfruto como un cachorro de esfinge escuchando las historia de los grandes personajes de la historia. Y esta tarde he tenido la fortuna de compartir una amena sobremesa con quien propició la primera gran revolución de la Física científica, Isaac Newton.
Un la vida hombre tan polifacético, y tan polémico, han dado para horas y horas de conversación. Uno de los momentos en que más disfruté fue el relato de cómo llegó a construir el que se cree fue el primer telescopio reflector de la historia.
Me comentó que había decidido realizar esa innovación para evitar el problema de la dispersión cromática. Hasta ese momento, los telescopios utilizados en observaciones astronómicas utilizaban lentes como objetivo. Pero como la luz blanca está compuesta por rayos de todos los colores, y el índice de refracción cambia para los diferentes colores, entonces si se incrementan los aumentos de la lente, los diferentes colores podrían llegar a separarse, deformando la imagen.
Por ese motivo, decidió utilizar las propiedades de los espejos. La ley de la reflexión es independiente de la longitud de onda de la luz, y por lo tanto todos los colores se reflejarán de la misma forma.
Sin embargo, me confesó que su primera prueba no funcionó como esperaba. Efectivamente, obtuvo una imagen donde la luz blanca seguía siendo blanca... pero obtenía múltiples imágenes de la misma estrella, como en la imagen siguiente.
Lo que veía era bastante curioso. Había una imagen principal, bastante brillante (etiquetada con el número 1 en la imagen adjunta). A un lado, había una sóla copia de la imagen algo más tenue (con el número 0 en la foto). Pero al otro lado habían muchas otras copias, cada vez mas débiles (con la etiqueta 2, 3, ...).
Isaac parecía avergonzado cuando confesó que el problema un error de diseño básico del espejo, pero que se quedó sin dormir muchas angustiosas noches hasta caer en la cuenta. Naturalmente, le calmé. Ahora, con trescientos años más de conocimiento Físico acumulado, seguramente los usuarios de La web de Física lo tendrán bastante más fácil para explicar el motivo de semejante desaguisado óptico.
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