Os dejo con un pequeño video que muestra el trabajo de un grupo de investigación francés acerca de una curiosa dualidad onda-partícula encontrada en el mundo macroscópico.
Forzando la vibración vertical de una capa de sustrato, consiguen que pequeñas gotas de aceite de silicona reboten de forma permanente sobre el líquido durante una cantidad prolongada de tiempo. En cada rebote, la gota genera una onda superficial en el líquido. Y aquí está la clave: esa misma onda modifica la dirección del siguiente rebote, dotando a la gota de cierto movimiento en la componente horizontal. Por tanto, como podemos observar en el vídeo, el movimiento de la gota interfiere con un obstáculo, o incluso con otra gota, de acuerdo a la naturaleza ondulatoria de sus ondas asociadas. De hecho, en el experimento de la doble rendija que se realiza, se obtiene el siguiente resultado para el número de gotas difractadas en cada ángulo (phys.org):
Como vemos, se obtiene un patrón de interferencia cualitativamente idéntico al del experimento de la doble rendija para un haz de electrones. Podemos decir entonces que la gota interfiere consigo misma, modificando su trayectoria esperada, gracias a las interferencias producidas por su onda superficial asociada al pasar por las rendijas.
Obviamente, las ecuaciones que modelan el movimiento de la gota, la propagación de la onda, y la interacción entre ambos entes, no tienen nada que ver con las ecuaciones de la mecánica cuántica. Esto es mecánica clásica. Sin embargo, la visualización y reproducción de algunos resultados clásicos a nivel cuántico en el mundo macroscópico siempre aportan nuevos esquemas mentales a la hora de imaginarse el cómo y por qué pueden ocurrir las cosas ahí abajo.
Forzando la vibración vertical de una capa de sustrato, consiguen que pequeñas gotas de aceite de silicona reboten de forma permanente sobre el líquido durante una cantidad prolongada de tiempo. En cada rebote, la gota genera una onda superficial en el líquido. Y aquí está la clave: esa misma onda modifica la dirección del siguiente rebote, dotando a la gota de cierto movimiento en la componente horizontal. Por tanto, como podemos observar en el vídeo, el movimiento de la gota interfiere con un obstáculo, o incluso con otra gota, de acuerdo a la naturaleza ondulatoria de sus ondas asociadas. De hecho, en el experimento de la doble rendija que se realiza, se obtiene el siguiente resultado para el número de gotas difractadas en cada ángulo (phys.org):
Como vemos, se obtiene un patrón de interferencia cualitativamente idéntico al del experimento de la doble rendija para un haz de electrones. Podemos decir entonces que la gota interfiere consigo misma, modificando su trayectoria esperada, gracias a las interferencias producidas por su onda superficial asociada al pasar por las rendijas.
Obviamente, las ecuaciones que modelan el movimiento de la gota, la propagación de la onda, y la interacción entre ambos entes, no tienen nada que ver con las ecuaciones de la mecánica cuántica. Esto es mecánica clásica. Sin embargo, la visualización y reproducción de algunos resultados clásicos a nivel cuántico en el mundo macroscópico siempre aportan nuevos esquemas mentales a la hora de imaginarse el cómo y por qué pueden ocurrir las cosas ahí abajo.
Comentario