[FONT=Calibri]Vamos a comenzar con una pregunta simple.[/FONT]
[FONT=Calibri]Necesitaremos algunos materiales: dos imanes permanentes, dos tablitas, pegamento o cinta adhesiva , una hoja de papel y una tirita de madera.[/FONT]
[FONT=Calibri]En uno de los extremos de cada tablita se fija un imán, ya sea pegándolo a la tablita o envolviendo ambos con la cinta adhesiva (fig. 1). En la hoja de papel se trazan con una regla las posiciones iniciales de las tablitas (fig. 2). La tirita de madera sirve para encarrilar una de las tablitas y se fija sobre la hoja presionándola con uno o dos dedos. [/FONT]
[FONT=Calibri]En la figura 3 podemos ver las tablitas fijadas (con las manos) encima de la hoja. Los centros de los imanes están marcados con puntos blancos. En estas posiciones iniciales los imanes se encuentran frente a frente y se repelen mutuamente. Sabemos que en este caso, si el imán que se ve arriba es soltado, el mismo se desplazará a lo largo de la línea perpendicular que pasa por en medio de los dos imanes. Hasta aquí nada nuevo.[/FONT]
[FONT=Calibri]A continuación veamos la figura 4. Ahora el imán de arriba está inclinado 45 grados con respecto a la perpendicular. Notemos que los centros de los imanes se mantienen alineados con la perpendicular y a la misma distancia entre sí que en la figura 3.[/FONT]
[FONT=Calibri]La pregunta es: ¿Cuál es la fuerza magnética resultante que actúa sobre el imán inclinado, la A o la B? Si fuese la opción A, la tablita no se podría desplazar cuando es soltada porque la tirita de madera la bloquearía. En cambio, si fuese la opción B nada impediría el desplazamiento diagonal de la tablita, puesto que tanto esta resultante como la tirita están inclinadas 45 grados.[/FONT]
[FONT=Calibri]Necesitaremos algunos materiales: dos imanes permanentes, dos tablitas, pegamento o cinta adhesiva , una hoja de papel y una tirita de madera.[/FONT]
[FONT=Calibri]En uno de los extremos de cada tablita se fija un imán, ya sea pegándolo a la tablita o envolviendo ambos con la cinta adhesiva (fig. 1). En la hoja de papel se trazan con una regla las posiciones iniciales de las tablitas (fig. 2). La tirita de madera sirve para encarrilar una de las tablitas y se fija sobre la hoja presionándola con uno o dos dedos. [/FONT]
[FONT=Calibri]En la figura 3 podemos ver las tablitas fijadas (con las manos) encima de la hoja. Los centros de los imanes están marcados con puntos blancos. En estas posiciones iniciales los imanes se encuentran frente a frente y se repelen mutuamente. Sabemos que en este caso, si el imán que se ve arriba es soltado, el mismo se desplazará a lo largo de la línea perpendicular que pasa por en medio de los dos imanes. Hasta aquí nada nuevo.[/FONT]
[FONT=Calibri]A continuación veamos la figura 4. Ahora el imán de arriba está inclinado 45 grados con respecto a la perpendicular. Notemos que los centros de los imanes se mantienen alineados con la perpendicular y a la misma distancia entre sí que en la figura 3.[/FONT]
[FONT=Calibri]La pregunta es: ¿Cuál es la fuerza magnética resultante que actúa sobre el imán inclinado, la A o la B? Si fuese la opción A, la tablita no se podría desplazar cuando es soltada porque la tirita de madera la bloquearía. En cambio, si fuese la opción B nada impediría el desplazamiento diagonal de la tablita, puesto que tanto esta resultante como la tirita están inclinadas 45 grados.[/FONT]
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