El instrumento NICER (Explorador de la Composición Interior de las Estrellas de Neutrones), a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) tiene como tarea principal medir el tamaño de los púlsares para saber mejor cómo es la materia ultradensa de la que que están compuestos.
El pasado 11 de Noviembre, NICER realizó el experimento llamado SEXTANT (Explorador de la Estación para la Tecnología de Temporización y Navegación con Rayos X) con la intención de demostrar que una nave espacial puede utilizar los pulsos de las estrellas de neutrones para navegar por el espacio profundo sin instrucciones humanas: las nave triangularía su localización, como si se tratara de una especie de Sistema de Posicionamiento Global (GPS) cósmico, por medio de las señales de PULSARs lejanos que nos llegan con regularidad de reloj.
El experimento SEXTANT midió durante 36 horas los tiempos de llegada de los destellos de rayos X de cuatro púlsares. Se observaba cada una de esas balizas durante unos 5 -15 minutos antes de reorientarse automáticamente para mirar a la siguiente. Así se determinaron los minúsculos cambios en los tiempos de llegada de las señales mientras el experimento orbitaba alrededor de la Tierra; con esa información, NICER podía calcular por sí mismo su propia posición en el espacio. Midiendo los cambios en los tiempos de llegada de las pulsaciones, NICER determinó su propia localización con un margen de error de solo 5 kilómetros.
Según el estudio teórico en el que se ha basado el experimento, Towards practical autonomous deep-space navigation using X-Ray pulsar timing, con sencillos retoques ya sería posible obtener una precisión de 2 km en la posición de naves a una distancia de la Tierra de hasta 30 unidades astronómicas, (aproximadamente hasta la órbita de Neptuno)
Actualmente una nave espacial tiene que comunicarse con la Tierra regularmente para confirmar su posición, pero esa comunicación por medio de sistemas como la Red del Espacio Profundo de la NASA, formada por antenas parabólicas gigantes lleva tiempo, es cara y se va haciendo más difícil a medida que la nave se aleja de la Tierra. La navegación con púlsares les vendría bien a las naves espaciales que viajasen al sistema solar exterior, pues les permitiría realizar por su cuenta muchas tareas relativas a la navegación sin tener que esperar instrucciones. Esta técnica aportaría además una comprobación independiente del funcionamiento correcto de los sistemas ordinarios de navegación de la nave.
Fuente: NASA Team First to Demonstrate X-ray Navigation in Space
En pocos meses se espera repetir el experimento SEXTANT en la ISS para intentar conseguir una precisión en la posición de tan solo 1 km
Saludos.
El pasado 11 de Noviembre, NICER realizó el experimento llamado SEXTANT (Explorador de la Estación para la Tecnología de Temporización y Navegación con Rayos X) con la intención de demostrar que una nave espacial puede utilizar los pulsos de las estrellas de neutrones para navegar por el espacio profundo sin instrucciones humanas: las nave triangularía su localización, como si se tratara de una especie de Sistema de Posicionamiento Global (GPS) cósmico, por medio de las señales de PULSARs lejanos que nos llegan con regularidad de reloj.
El experimento SEXTANT midió durante 36 horas los tiempos de llegada de los destellos de rayos X de cuatro púlsares. Se observaba cada una de esas balizas durante unos 5 -15 minutos antes de reorientarse automáticamente para mirar a la siguiente. Así se determinaron los minúsculos cambios en los tiempos de llegada de las señales mientras el experimento orbitaba alrededor de la Tierra; con esa información, NICER podía calcular por sí mismo su propia posición en el espacio. Midiendo los cambios en los tiempos de llegada de las pulsaciones, NICER determinó su propia localización con un margen de error de solo 5 kilómetros.
Según el estudio teórico en el que se ha basado el experimento, Towards practical autonomous deep-space navigation using X-Ray pulsar timing, con sencillos retoques ya sería posible obtener una precisión de 2 km en la posición de naves a una distancia de la Tierra de hasta 30 unidades astronómicas, (aproximadamente hasta la órbita de Neptuno)
Actualmente una nave espacial tiene que comunicarse con la Tierra regularmente para confirmar su posición, pero esa comunicación por medio de sistemas como la Red del Espacio Profundo de la NASA, formada por antenas parabólicas gigantes lleva tiempo, es cara y se va haciendo más difícil a medida que la nave se aleja de la Tierra. La navegación con púlsares les vendría bien a las naves espaciales que viajasen al sistema solar exterior, pues les permitiría realizar por su cuenta muchas tareas relativas a la navegación sin tener que esperar instrucciones. Esta técnica aportaría además una comprobación independiente del funcionamiento correcto de los sistemas ordinarios de navegación de la nave.
Fuente: NASA Team First to Demonstrate X-ray Navigation in Space
En pocos meses se espera repetir el experimento SEXTANT en la ISS para intentar conseguir una precisión en la posición de tan solo 1 km
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