Este año ha sido la cuarta vez que he participado en un tribunal de oposiciones de Física y Química de educación secundaria. Antes de nada, y aunque ya lo he hecho por vías privadas, aprovecho para felicitar desde aquí a un forero que ha logrado su flamante plaza como profesor de Física y Química (en una comunidad diferente de la mía, que conste). Y si hay más, que ojalá que sí, también los felicito, por supuesto.
Lo primero que quiero contar es que la experiencia ha sido tan apasionante, interesante y cansada como en las tres anteriores. Pero ha habido cosas que se han repetido, y por eso quiero compartirlas aquí, entre otras razones porque sé que algunos de los opositores de mi comunidad también son seguidores del Foro de Física. Me refiero, sobre todo, a los errores típicos que cometen algunos aspirantes.
Como posiblemente ya sabréis, al menos en estos últimos años (se dice que está a punto de cambiar), la oposición consiste en dos pruebas, ambas selectivas, es decir, que se deben aprobar para pasar a la siguiente o, en el caso de la segunda, para poder acceder al cómputo final, en el que se incluyen los méritos previos. La primera prueba tiene dos partes: un examen de 8 problemas que es seguido del desarrollo de un tema, de entre cinco obtenidos por sorteo para todos los opositores; el de problemas computa un 60% y el del tema un 40%. Para calcular la media ponderada correspondiente hay que obtener en cada uno una nota mínima de 2,5. La segunda prueba consiste en la defensa oral de una programación didáctica para una materia de la especialidad, seguida de la de una unidad didáctica de la misma.
Solo me centraré en la primera prueba, porque es donde "cae" la gran mayoría de la gente.
En el caso de los problemas se ofrecen dos opciones, de las que el opositor elige una. Usualmente es elaborado por los presidentes de los tribunales a partir de propuestas que hacen los vocales. De esa manera existe cierta garantía de que solo ellos conocen el contenido final de los exámenes. De hecho, la selección suele hacerse en fechas muy próximas a la de la prueba, para que así ni ellos mismos conozcan cuáles serán los ejercicios que la componen. Por supuesto, eso tiene un precio: además de que pueda haber (usualmente) pequeños errores de enunciado, las puntuaciones no siempre son acordes con la dificultad real de los apartados, de manera que no es raro que algunos sean realmente caros mientras que otros son, en comparación, más baratos. De todos modos, el criterio final siempre es el mismo: lo escrito en los enunciados se mantiene y si son posibles varias interpretaciones todas se darán como válidas.
Lo que he observado, año tras año, respecto de este primer examen y los errores acerca de cómo lo afrontan muchos opositores es lo siguiente:
Otra cosa que he visto y que, dependiendo del miembro del tribunal, puede hacer perder algo de puntuación, es que se falla en aspectos que en realidad son de do-re-mi. Por ejemplo: ¡no se deben redondear resultados intermedios! Hay gente que, por culpa de eso, va "torciendo" los valores que va obteniendo y acaba en resultados que no son exactamente el correcto (y si hay una exponencial por el medio la incorrección puede ser muy notoria!). Prefiero ya ni hablar de que el número de cifras significativas de los resultados finales debe ser acorde con la precisión de los datos o que se deben dar siempre con una unidad (os aseguro que es raro que se den los resultados con un número de cifras significativas adecuado!).
Vayamos con el examen del tema. Se trata de uno de entre cinco que se sortean de un temario (bastante trasnochado, todo hay que decirlo) de 75. Usualmente son los mismos cinco temas para los opositores de todos los tribunales, aunque la ley no impediría que cada tribunal hiciese su propio sorteo.
En fin. Yo sí que he escrito demasiado. Si recuerdo alguna otra cosa la contaré más adelante. Igualmente, si alguien quiere que comente algo (que pueda contar*), que me lo indique.
Saludos.
*Me refiero a que, por ejemplo, no responderé ninguna pregunta del estilo "yo, que me examiné contigo, ¿en qué fallé?".
PD: Espero que no os quedéis con la idea de que creo que la gente es un desastre. En primer lugar, ¡la hay realmente buena y que lo hace fantástico!. En segundo, no se debe perder de vista que cuando alguien no lo hace bien puede ser debido a multitud de razones. Por ejemplo, soy consciente de que se han presentado personas que son buenos profesionales que, quizá por ese motivo (por dedicarse a su trabajo en vez de preparar la oposición), no han obtenido un buen resultado.
Lo primero que quiero contar es que la experiencia ha sido tan apasionante, interesante y cansada como en las tres anteriores. Pero ha habido cosas que se han repetido, y por eso quiero compartirlas aquí, entre otras razones porque sé que algunos de los opositores de mi comunidad también son seguidores del Foro de Física. Me refiero, sobre todo, a los errores típicos que cometen algunos aspirantes.
Como posiblemente ya sabréis, al menos en estos últimos años (se dice que está a punto de cambiar), la oposición consiste en dos pruebas, ambas selectivas, es decir, que se deben aprobar para pasar a la siguiente o, en el caso de la segunda, para poder acceder al cómputo final, en el que se incluyen los méritos previos. La primera prueba tiene dos partes: un examen de 8 problemas que es seguido del desarrollo de un tema, de entre cinco obtenidos por sorteo para todos los opositores; el de problemas computa un 60% y el del tema un 40%. Para calcular la media ponderada correspondiente hay que obtener en cada uno una nota mínima de 2,5. La segunda prueba consiste en la defensa oral de una programación didáctica para una materia de la especialidad, seguida de la de una unidad didáctica de la misma.
Solo me centraré en la primera prueba, porque es donde "cae" la gran mayoría de la gente.
En el caso de los problemas se ofrecen dos opciones, de las que el opositor elige una. Usualmente es elaborado por los presidentes de los tribunales a partir de propuestas que hacen los vocales. De esa manera existe cierta garantía de que solo ellos conocen el contenido final de los exámenes. De hecho, la selección suele hacerse en fechas muy próximas a la de la prueba, para que así ni ellos mismos conozcan cuáles serán los ejercicios que la componen. Por supuesto, eso tiene un precio: además de que pueda haber (usualmente) pequeños errores de enunciado, las puntuaciones no siempre son acordes con la dificultad real de los apartados, de manera que no es raro que algunos sean realmente caros mientras que otros son, en comparación, más baratos. De todos modos, el criterio final siempre es el mismo: lo escrito en los enunciados se mantiene y si son posibles varias interpretaciones todas se darán como válidas.
Lo que he observado, año tras año, respecto de este primer examen y los errores acerca de cómo lo afrontan muchos opositores es lo siguiente:
- Preparación asimétrica: se sabe mucha Química pero poca Física, o al revés. El problema de eso es que así se parte con el 5 como techo del examen que más pesa. De hecho, el que se obtenga puntuación solo en una de las dos disciplinas es de las (pocas) cosas que son mal vistas por los tribunales. Recordemos que se trata de aspirar a un puesto de trabajo en el que se enseña Física y también Química, y no solo una de ellas.
- Poca picardía a la hora de preparar la Química (y éste es, en el fondo, un mensaje para los físicos): mientras que la Física se presta a que haya problemas de más tipos diferentes, los de la Química suelen ser casi siempre mayoritariamente de los mismos: cálculos estequiométricos (típicamente relacionados con técnicas analíticas), equilibrio químico, cinética química, electroquímica y química orgánica. Claro que la Física tampoco se suele caracterizar por una variedad enorme, y la mecánica newtoniana, el electromagnetismo, la termodinámica, la óptica y la mecánica cuántica (antigua) no suelen faltar. ¡Ojo! ¡No digo que solo caigan ejercicios de esos tipos!, sino que será raro que aparezcan, por ejemplo, de física del estado sólido, de termodinámica estadística o de mecánica cuántica "de verdad" (lo que sería aplicable también a la química cuántica).
- No tener presente que todos los puntos tienen el mismo valor: es decir, si un problema es largo o complicado, es mejor dejarlo para el final, no vaya a ser que no nos dé tiempo. No hay que hacer los ejercicios en el orden 1, 2, 3, 4, etc. (ni 8, 7, 6, 5, 4...). Por otra parte, los tribunales suelen valorar absolutamente todos los enfoques posibles. Recuerdo el caso de un ejercicio de cinética química en el que en el apartado a) pedían el orden de una reacción, que se deducía inmediatamente de las unidades de la constante de velocidad que se daba en el apartado b): se dio la misma puntuación a quien se dio el palizón de mirar si los datos se ajustaban a un orden u otro que al que dijo "como las unidades de k del apartado b) son....".
- No pararse unos segundos a valorar si un ejercicio es fácil o no. Por ejemplo, si aparece uno en el que debes aplicar la ley de Stephan-Boltzmann para calcular la temperatura del Sol y no te acuerdas de dicha ley, quizá las unidades de la constante te den una buena pista...
Otra cosa que he visto y que, dependiendo del miembro del tribunal, puede hacer perder algo de puntuación, es que se falla en aspectos que en realidad son de do-re-mi. Por ejemplo: ¡no se deben redondear resultados intermedios! Hay gente que, por culpa de eso, va "torciendo" los valores que va obteniendo y acaba en resultados que no son exactamente el correcto (y si hay una exponencial por el medio la incorrección puede ser muy notoria!). Prefiero ya ni hablar de que el número de cifras significativas de los resultados finales debe ser acorde con la precisión de los datos o que se deben dar siempre con una unidad (os aseguro que es raro que se den los resultados con un número de cifras significativas adecuado!).
Vayamos con el examen del tema. Se trata de uno de entre cinco que se sortean de un temario (bastante trasnochado, todo hay que decirlo) de 75. Usualmente son los mismos cinco temas para los opositores de todos los tribunales, aunque la ley no impediría que cada tribunal hiciese su propio sorteo.
- No ceñirse a los ítems: cae un tema de generadores y motores de corriente alterna, pero como yo hubiese preferido el tema de corriente alterna dedico las dos horas a hablar del circuito RLC. Resultado final: no me dan ni un 1. En un tema como ése sí se deben mencionar los conceptos esenciales de corriente alterna, pero sin perder de vista que el grueso de la puntuación no estará ahí, sino en los transformadores y motores y demás ítems que aparezcan en el enunciado. Dejo para otro día la gente que, por ejemplo, en un tema de polímeros acaba haciendo una redacción sobre lo sumamente malos que estamos siendo con el planeta y los plásticos que tiramos al mar, o de los que en el de los transformadores te cuentan que los hay que tienen una ruedecita para elegir el voltaje y que no son caros.
- Olvidar que se trata de demostrar un nivel más alto que el bachillerato. Por ejemplo, cae el tema de corriente continua (que ciertamente es de los facilitos): mal se va si no se dice ni una palabra acerca de la ecuación de continuidad, solo se cuenta la ley de Ohm macroscópica (y encima olvidando su carácter de ley aproximada), se menciona la ley que proporciona la resistencia de un conductor rectilíneo y de sección constante como si se tratase de una ley tan universal como la de Faraday, los teoremas de Thevenin y Norton quedan en el olvido, etcétera. Resultado: apenas se obtiene un 2 o un 3.
- Omitir los conceptos o leyes fundamentales. No puedes hacer un tema de transformadores de corriente alterna sin mencionar (y enunciar) la ley de Faraday, por ejemplo. Igualmente, no tiene lógica abordar el de corriente continua sin definir corriente o voltaje, por ejemplo.
- Incurrir en errores de concepto. Este año en particular, recuerdo que han sido numerosos los relacionados con voltaje, fuerza electromotriz, intensidad de corriente, densidad de corriente; también que hay gente que cree que la ley de Ohm es una consecuencia de la conservación de la energía, porque así parece decirlo el enunciado del ítem correspondiente. Recuerdo otro año en el que decenas de opositores afirmaban que los orbitales del carbono se hibridaban antes de formar enlaces. Por cierto, es asombrosa la cantidad de gente que en realidad no sabe qué es un orbital (lo confunden, por ejemplo, con el criterio que se suele usar para su representación -"zona que encierra el nosequé por ciento de probabilidad de contener al electrón"-)
- No organizarse o hacerlo mal. Lo primero que conviene hacer al empezar la prueba es un buen guion. Hay gente que se pone a redactar directamente, y por el camino se acuerda de que olvidó cosas. Si las mete con calzador, malo; si las omite, peor. Por ejemplo, no tiene sentido ponerse a contar cómo se calculan resistencias equivalentes sin antes definir el concepto de resistencia equivalente, por poner un ejemplo que se ha repetido mucho en esta última oposición en la que participé.
- No todo se arregla redactando: hay cosas que es mejor contar con tablas. Por ejemplo, si uno de los temas guarda relación con formulación orgánica, en vez de contar que "los alcoholes se nombran con el sufijo -ol si se trata del grupo principal y con el prefijo hidroxi- si no lo es y bla, bla, bla" (es decir, más todo lo que se refiere a localizadores, cadena principal, etc) y después repetir algo semejante con otros grupos funcionales, se acaba antes recurriendo a una tabla y haciendo mención a ella. Lo mismo sucede si vas a mencionar las reactivides de funciones oxigenadas y nitrogenadas: las agrupas en una tabla y de esa manera te ahorras no solo folios, sino lo más importante: tiempo para otras cosas.
- Es una tontería tratar de "impresionar" al tribunal. Me refiero a elegir tal tema en vez de tal otro, porque es más difícil o porque luce más. Mi consejo es hacer siempre el más fácil. Y no me refiero solo a la complejidad conceptual: también a que sea fácil en cuanto a qué tocar. Por ejemplo, si el tema es "ácidos inorgánicos", ¿cuál será el mínimo de estos que establecerá el tribunal?. Lo mismo pasa con los temas largos: no hay que perder de vista que se dispone de solo dos horas.
- Hablando de tiempo limitado: un error muy común es no cubrir el tema. Es decir, comenzar escribiendo una verdadera enciclopedia en el primer apartado para descubrir, hora y media después, que aún te quedan tres o cuatro ítems por tocar. El colmo es la gente que escribe una introducción de tres o cuatro páginas: cuando los puntúas quizá les hayas puesto el 0,5 (por ejemplo) que figura en la plantilla de corrección, mientras piensas "¡y solo ha escrito un puñado de páginas más para el 9,5 restante!".
En fin. Yo sí que he escrito demasiado. Si recuerdo alguna otra cosa la contaré más adelante. Igualmente, si alguien quiere que comente algo (que pueda contar*), que me lo indique.
Saludos.
*Me refiero a que, por ejemplo, no responderé ninguna pregunta del estilo "yo, que me examiné contigo, ¿en qué fallé?".
PD: Espero que no os quedéis con la idea de que creo que la gente es un desastre. En primer lugar, ¡la hay realmente buena y que lo hace fantástico!. En segundo, no se debe perder de vista que cuando alguien no lo hace bien puede ser debido a multitud de razones. Por ejemplo, soy consciente de que se han presentado personas que son buenos profesionales que, quizá por ese motivo (por dedicarse a su trabajo en vez de preparar la oposición), no han obtenido un buen resultado.
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