Los últimos días he estado preguntando a conocidos (normalmente alejados del mundo de la ciencia) si creían que sus actos eran libres. Para mi sorpresa, mayormente me decían que no. Una encuesta en Twitter obtuvo resultados similares.
El caso es que cuando les pregunto más a fondo, su idea es más acerca del destino. Si trato de explicarles que vivimos en un mundo gobernado por las leyes de la física, suelen rechazar esa visión reduccionista y me dicen que a ellos no les gobiernan ecuaciones () En todo caso, les gobernarán presiones sociales que dejan poco márgen para la acción. Aquí veo más bien un rechazo a que el mundo sea descrito por frías ecuaciones (aunque para los foreros no tienen nada de frías, seguramente), además de un desconocimiento de cómo funciona la ciencia y lo que sabemos de ella.
El caso es que yo sí considero que vivamos en un mundo donde el libre albedrío es una ilusión. Primeramente, en un mundo totalmente determinista (es decir, con leyes que conectan estados del pasado a estados del futuro biyectivamente, 1:1) la cuestión quedaría zanjada (o casi, más al respecto adelante). Siempre que reflexionaba sobre el tema, creía que la única manera de que el libre albedrío fuera una ilusión es que las leyes fuesen deterministas. Pero hace poquito caí en la cuenta (y luego leyendo Homo Deus también hablaba de ello) de que aun con leyes probabilistas (cuántica) seguiría sin tener cabida el libre albedrío.
Me explico.
Si suponemos (como es bien probable) que la consciencia es un fenómeno emergente de nuestras redes neuronales, las cuales operan bajo leyes físicas (indudablemente en último nivel cuánticas), ni siquiera la supuesta indeterminación de la cuántica (yo en concreto no soy partidario de dicha indeterminación, me inclino más bien hacia evolución unitaria y decoherencia) puede introducir el libre albedrío. Esto lo ejemplifica Yuval Noah Harari en Homo Deus con el ejemplo de un robot, cuyas decisiones (apretar un botón) dependen de que se desintegre un átomo en cierto lapso de tiempo. Este robot tomaría decisiones bajo leyes no deterministas, pero desde luego no tiene libre albedrío. Los humanos, de igual forma, podemos creer que queríamos tener ese pensamiento que ahora mismo nos ronda por la cabeza, pero no somos los que decidimos que dicho electrón se tunelee o dicha neurona se dispare.
Por tanto, con leyes deterministas o no, el libre albedrío no existiría pero... (siempre hay un pero) es necesario algo más. Algo fundamental. Y es que la naturaleza sea reduccionista. Es decir, que todos los fenómenos puedan emerger de leyes simples y fundamentales, de igual manera que entendemos la temperatura como un promedio de velocidades moleculares. Esta parte es la que podríamos dudar.
Pero en mi opinión, la física nos ha demostrado durante veinte siglos que es capaz de describirlo todo (si le damos el suficiente tiempo) partiendo de primeros principios. Cuando les planteo esto a amigos, me salen con que los humanos somos especiales. O no solo los humanos, sino mamíferos en general y organismos con las suficientes células.
Pero para mí dicha respuesta sigue sin ser válida, porque, si confiamos en el paradigma darwiniano (y no hay razones para no hacerlo), todos los organismos venimos de la misma célula originaria (LUCA) que se formó por azar, evolucionando para adaptarnos al entorno (o más bien al revés). Por tanto, si me concedes que una bacteria no tiene consciencia ni libre albedrío, que se mueve por impulsos electroquímicos sin ningún afán, pero de seres unicelulares a pluricelulares podemos trazar una línea continua, ¿en qué momento introduces el libre albedrío a mano? Lo mismo argumento cuando me hablan de amistad, amor, etc como algo etéreo (me voy a quedar sin amigos y sin novia, sí).
Sé que he puesto varias ideas y quizá no todo lo ordenadas que me gustaría. Solo quiero abrir debate, ver qué piensan los foreros y quizá iluminar algún punto.
Un saludo.
El caso es que cuando les pregunto más a fondo, su idea es más acerca del destino. Si trato de explicarles que vivimos en un mundo gobernado por las leyes de la física, suelen rechazar esa visión reduccionista y me dicen que a ellos no les gobiernan ecuaciones () En todo caso, les gobernarán presiones sociales que dejan poco márgen para la acción. Aquí veo más bien un rechazo a que el mundo sea descrito por frías ecuaciones (aunque para los foreros no tienen nada de frías, seguramente), además de un desconocimiento de cómo funciona la ciencia y lo que sabemos de ella.
El caso es que yo sí considero que vivamos en un mundo donde el libre albedrío es una ilusión. Primeramente, en un mundo totalmente determinista (es decir, con leyes que conectan estados del pasado a estados del futuro biyectivamente, 1:1) la cuestión quedaría zanjada (o casi, más al respecto adelante). Siempre que reflexionaba sobre el tema, creía que la única manera de que el libre albedrío fuera una ilusión es que las leyes fuesen deterministas. Pero hace poquito caí en la cuenta (y luego leyendo Homo Deus también hablaba de ello) de que aun con leyes probabilistas (cuántica) seguiría sin tener cabida el libre albedrío.
Me explico.
Si suponemos (como es bien probable) que la consciencia es un fenómeno emergente de nuestras redes neuronales, las cuales operan bajo leyes físicas (indudablemente en último nivel cuánticas), ni siquiera la supuesta indeterminación de la cuántica (yo en concreto no soy partidario de dicha indeterminación, me inclino más bien hacia evolución unitaria y decoherencia) puede introducir el libre albedrío. Esto lo ejemplifica Yuval Noah Harari en Homo Deus con el ejemplo de un robot, cuyas decisiones (apretar un botón) dependen de que se desintegre un átomo en cierto lapso de tiempo. Este robot tomaría decisiones bajo leyes no deterministas, pero desde luego no tiene libre albedrío. Los humanos, de igual forma, podemos creer que queríamos tener ese pensamiento que ahora mismo nos ronda por la cabeza, pero no somos los que decidimos que dicho electrón se tunelee o dicha neurona se dispare.
Por tanto, con leyes deterministas o no, el libre albedrío no existiría pero... (siempre hay un pero) es necesario algo más. Algo fundamental. Y es que la naturaleza sea reduccionista. Es decir, que todos los fenómenos puedan emerger de leyes simples y fundamentales, de igual manera que entendemos la temperatura como un promedio de velocidades moleculares. Esta parte es la que podríamos dudar.
Pero en mi opinión, la física nos ha demostrado durante veinte siglos que es capaz de describirlo todo (si le damos el suficiente tiempo) partiendo de primeros principios. Cuando les planteo esto a amigos, me salen con que los humanos somos especiales. O no solo los humanos, sino mamíferos en general y organismos con las suficientes células.
Pero para mí dicha respuesta sigue sin ser válida, porque, si confiamos en el paradigma darwiniano (y no hay razones para no hacerlo), todos los organismos venimos de la misma célula originaria (LUCA) que se formó por azar, evolucionando para adaptarnos al entorno (o más bien al revés). Por tanto, si me concedes que una bacteria no tiene consciencia ni libre albedrío, que se mueve por impulsos electroquímicos sin ningún afán, pero de seres unicelulares a pluricelulares podemos trazar una línea continua, ¿en qué momento introduces el libre albedrío a mano? Lo mismo argumento cuando me hablan de amistad, amor, etc como algo etéreo (me voy a quedar sin amigos y sin novia, sí).
Sé que he puesto varias ideas y quizá no todo lo ordenadas que me gustaría. Solo quiero abrir debate, ver qué piensan los foreros y quizá iluminar algún punto.
Un saludo.
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