Bueno, no se trata de matemática pero siempre me gustó esta historia, que por cierto fue real. Quizá ya la conozcan,
saludos.
fernanda -
Su nombre era Fleming, un granjero escoces pobre. Un día, mientras trabajaba, oyó un lamento pidiendo ayuda proveniente de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió hacia el lugar. Alli encontró hundido hasta la cintura a un muchacho aterrorizado, tratando de liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo podria haber sido su fin.
Al día siguiente llegó a la granja un carruaje que traia un noble, presentandose como el padre de aquel muchacho a quien habia salvado anteriormente.
-Quiero recompensarlo - dijo el noble Churchill.. Ud salvó la vida de mi hijo.
-No, yo no puedo aceptar un pago por eso, era mi deber.- contestó el granjero.
En ese momento el hijo del granjero se acercó a la puerta de la cabaña.
-¿Ese que asoma es su hijo?- preguntó el noble.
-Sí- contestó el granjero Fleming.
Le propongo hacer un trato, permitame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo recibe.
Y el granjero finalmente aceptó.
El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas, y posteriormente se graduó en Londres, convirtiendose en un renombrado cientifico por el descubrimiento de la penicilina (toda una revolución!)
Años después, el hijo de ese noble que fue salvado de la muerte en el pantano enfermó de pulmonía. ¿Quién salvó su vida esta vez? la penicilina, por supuesto!
saludos.
fernanda -
Su nombre era Fleming, un granjero escoces pobre. Un día, mientras trabajaba, oyó un lamento pidiendo ayuda proveniente de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió hacia el lugar. Alli encontró hundido hasta la cintura a un muchacho aterrorizado, tratando de liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo podria haber sido su fin.
Al día siguiente llegó a la granja un carruaje que traia un noble, presentandose como el padre de aquel muchacho a quien habia salvado anteriormente.
-Quiero recompensarlo - dijo el noble Churchill.. Ud salvó la vida de mi hijo.
-No, yo no puedo aceptar un pago por eso, era mi deber.- contestó el granjero.
En ese momento el hijo del granjero se acercó a la puerta de la cabaña.
-¿Ese que asoma es su hijo?- preguntó el noble.
-Sí- contestó el granjero Fleming.
Le propongo hacer un trato, permitame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo recibe.
Y el granjero finalmente aceptó.
El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas, y posteriormente se graduó en Londres, convirtiendose en un renombrado cientifico por el descubrimiento de la penicilina (toda una revolución!)
Años después, el hijo de ese noble que fue salvado de la muerte en el pantano enfermó de pulmonía. ¿Quién salvó su vida esta vez? la penicilina, por supuesto!
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