Buenas.
Me acabo de registrar, porque ya no tenía la cuenta de e-mail asociada a mi nick anterior (edu_orion). Solía frecuentar este foro hace unos cuantos años (2008-2011).
He decidido escribir este post para contar mi historia. Yo fui el típico chaval que a los 13-14 años se fascina con la física y que su sueño es ser astrofísico, ir a la NASA u otra agencia espacial, poder investigar y descubrir cosas sobre la realidad material. La verdad, que estaba motivado porque tenía en mente esas cosas.
Sin embargo, a los 18 años, unos meses depués de entrar en la carrera de Física, la dejo. Y esto ocurre principalmente por mis creencias, las cuales no tenían fundamento científico. Vereis, yo siempre fui un creyente del talento innato, que se nace con un CI fijo y poco puede hacerse. Que se nace con una habilidad natural para las matemáticas y la física, y que eso es un obstáculo insalvable. Dado que yo nunca fui "un cerebrito", esas creencias me machacaban.
Así pues, dado que en mi marco conceptual el trabajo no podía volverte más listo y más capacitado para resolver problemas matemáticos/físicos, me vi obligado (por ello) a dejar mis sueños, pues no había opción alguna de conseguirlos. Entonces, es cuando me meto en medicina, principalmente porque me vi capaz innatamente de poderlo hacer, que tenía "habilidades". Craso error, porque mi memoria "es" bastante mala, y me ha costado mucho esfuerzo ir progresando.
Entonces, cuando vuelvo a verme en la situación de "no valgo tampoco para esto", me cruzo con el concepto de "Dedicated work" de K.A. Ericsson. Empiezo a leer vorazmente sobre la ciencia del rendimiento excelente, de saber qué hay de diferente entre los que son buenos de los que no, y gratamente descubro que el CI o los talentos innatos tienen escasa correlación. Sigo profundizando más, descubro el maravilloso concepto de "Mindset" de la Dra. Carol Dweck, y veo cómo de errado estaba, con un fixed mindset de libro.
Culturalmente creemos que los genios nacen, no se hacen. Que casi todo está en los genes, se nace con tal o cual habilidad, y que el trabajo dedicado y su acumulación tienen poco o nada que ver para cambiarlo (se nace liebre o tortuga). Y esa creencia es muy dañina, radiactiva, puesto que es falsa. Se puede nacer con una ligera ventaja a la hora de comprender las matemáticas, pero eso no es necesario ni suficiente para llegar a ser buen matemático. Y así con todo.
Por ello, si algún chaval lee esto y está para entrar en la universidad, sólo te puedo decir que no abandones tus sueños si es por la razón de que no estás capacitado naturalmente para conseguirlos. La Ciencia sabe actualmente que la neuroplasticidad y que el trabajo dedicado es lo más importante, de largo. Tal como la sabiduría popular dice, consigue más el que quiere que el que puede, básicamente porque el que quiere se vuelve más capaz con el tiempo, al volverse más listo y más habilidoso para solucionar problemas.
Yo cometí un gran error, pero he aprendido de él. No dejeis que las creencias sin fundamento destruyan lo que querais, puesto que el entusiasmo y la constancia es lo único que importa, o mejor dicho, lo que importa en un 95% de los casos.
Me acabo de registrar, porque ya no tenía la cuenta de e-mail asociada a mi nick anterior (edu_orion). Solía frecuentar este foro hace unos cuantos años (2008-2011).
He decidido escribir este post para contar mi historia. Yo fui el típico chaval que a los 13-14 años se fascina con la física y que su sueño es ser astrofísico, ir a la NASA u otra agencia espacial, poder investigar y descubrir cosas sobre la realidad material. La verdad, que estaba motivado porque tenía en mente esas cosas.
Sin embargo, a los 18 años, unos meses depués de entrar en la carrera de Física, la dejo. Y esto ocurre principalmente por mis creencias, las cuales no tenían fundamento científico. Vereis, yo siempre fui un creyente del talento innato, que se nace con un CI fijo y poco puede hacerse. Que se nace con una habilidad natural para las matemáticas y la física, y que eso es un obstáculo insalvable. Dado que yo nunca fui "un cerebrito", esas creencias me machacaban.
Así pues, dado que en mi marco conceptual el trabajo no podía volverte más listo y más capacitado para resolver problemas matemáticos/físicos, me vi obligado (por ello) a dejar mis sueños, pues no había opción alguna de conseguirlos. Entonces, es cuando me meto en medicina, principalmente porque me vi capaz innatamente de poderlo hacer, que tenía "habilidades". Craso error, porque mi memoria "es" bastante mala, y me ha costado mucho esfuerzo ir progresando.
Entonces, cuando vuelvo a verme en la situación de "no valgo tampoco para esto", me cruzo con el concepto de "Dedicated work" de K.A. Ericsson. Empiezo a leer vorazmente sobre la ciencia del rendimiento excelente, de saber qué hay de diferente entre los que son buenos de los que no, y gratamente descubro que el CI o los talentos innatos tienen escasa correlación. Sigo profundizando más, descubro el maravilloso concepto de "Mindset" de la Dra. Carol Dweck, y veo cómo de errado estaba, con un fixed mindset de libro.
Culturalmente creemos que los genios nacen, no se hacen. Que casi todo está en los genes, se nace con tal o cual habilidad, y que el trabajo dedicado y su acumulación tienen poco o nada que ver para cambiarlo (se nace liebre o tortuga). Y esa creencia es muy dañina, radiactiva, puesto que es falsa. Se puede nacer con una ligera ventaja a la hora de comprender las matemáticas, pero eso no es necesario ni suficiente para llegar a ser buen matemático. Y así con todo.
Por ello, si algún chaval lee esto y está para entrar en la universidad, sólo te puedo decir que no abandones tus sueños si es por la razón de que no estás capacitado naturalmente para conseguirlos. La Ciencia sabe actualmente que la neuroplasticidad y que el trabajo dedicado es lo más importante, de largo. Tal como la sabiduría popular dice, consigue más el que quiere que el que puede, básicamente porque el que quiere se vuelve más capaz con el tiempo, al volverse más listo y más habilidoso para solucionar problemas.
Yo cometí un gran error, pero he aprendido de él. No dejeis que las creencias sin fundamento destruyan lo que querais, puesto que el entusiasmo y la constancia es lo único que importa, o mejor dicho, lo que importa en un 95% de los casos.
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