Desde pequeño he tenido una obsesión enfermiza con el famoso fin del mundo, la que se traducía en un miedo y que me producía interminables crisis o ataques de pánico durante las noches que ahora trato con medicamentos. Este miedo fue alimentándose cada vez más ya que mi madre siempre ha tenido mucho interés en lo esotérico, hablaba de profecías catastróficas, cómo olvidar el famoso año 2000, cuando tanta gente se suicidó para protegerse del supuesto final.
Al principio de mi vida yo era relativamente cristiano y esto fue aumentando hasta los 13 años, pero algo cambió a esta edad, exploté y terminé odiando a Dios, me parecía ridículo que este "ser superior" que nos "creó por amor" nos quisiera destruir, tampoco entiendo que nos creó dándonos libre albedrío pero exigiéndonos seguir sus reglas, nos crea imperfectos y nos exige perfección. A lo que me refiero es que Dios se me cayó del altar en que lo tenía en el momento en que me dí cuenta que no nos protegía, en síntesis (para mí) ese Dios protector simplemente no existe.
Los tema en voga, por lo menos que conozco, son los súper volcanes, los asteroides y las conocidas profecías mayas, las cuales son interpretadas de distintas formas. Creo que sólo de los asteroides el ser humano podría escapar usando su tecnología...
... ya que lo que he escrito acá tiene mucho material personal no puedo abrir un hilo con la pregunta que quiero hacer: ¿Cómo podríamos destruir los asteroides que colisionarían con la Tierra?
Saludos
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Salvando al mundo
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idea de privilegio que intento sugerir podrás decir, con toda razón, que
si esos son los privilegios mejor prefieres las privaciones. Dices que sin
la risperidona tu cabeza es un ámbito poblado de voces que movilizan
ideas. Por lo que aprecio en tu relato las voces hacen lo suyo pero tú
también haces lo tuyo y mantienes con el entorno social relaciones
normales. Si la palabra normales da lugar a discusiones entre
profesionales de la psiquiatría, que disputan puntos de vista y terminan
aceptando que nadie puede certeramente definir lo normal, entonces
puedo decir que haces lo tuyo y mantienes con el entorno relaciones no
patológicas. (Mira cómo hay que retorcer las frases para evitar las
críticas profesionales, pero eso es otro tema). Entonces vayamos
tomando nota y sacando cuentas. En términos de relaciones con el
entorno seguramente no te va peor que a mi. Pero tú tienes dentro una
fuente de ideas que yo no tengo. Y para acceder a esa fuente no
necesitas descifrar ningún código freudiano porque la fuente
amablemente presenta su información en lenguaje normal y/o en
imágenes de estilo cotidiano, que se comprenden inmediatamente. Si
compitiésemos soltando cada uno su imaginación, ¿quién ganaría? ,
¿tú o yo? Claro que eso te cuesta pasar por el filtro de los tratamientos
médicos, que no es nada gracioso. Pero si estás pagando un precio, al
menos lo que pagas no es vano. Y eres dueño una fuente que otros no
tienen. Eso, en mi opiníón, es el privilegio que puesto en la balanza
equilibra los percances.
Ahora quiero pasar al asunto del acontecimiento que podría acabar con
el mundo. ¿Conoces el último refugio de la conciencia, cuando todos los
otros cayeron destruidos? Si lo conoces mi mensaje será superfluo. Si
no lo conoces tal vez puedas rescatar algo. Para abrir la puerta de ese
refugio necesitas dos llaves.
Primera llave:
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Se parece mucho a lo que te recomiendan para aprovechar bien un
masaje que una persona experta te hace. En la vida cotidiana tu cuerpo
está sujeto al control de tu sistema de coordinación. En la sala de
masaje déjalo al pobre cuerpo liberarse de ese control. No le pidas
nada a ninguna parte de tu cuerpo. Hazte a un lado y quítate el rol de
protagonista. Acepta con benevolencia el rol de espectador mientras tu
cuerpo y la persona que lo masajea mantienen un diálogo sin tu
supervisión y si todo va de maravilla, cuando ese diálogo empieza a
expandirse hacia la libertad y la armonía, cuerpo y masajista dialogan sin
consultarte y cualquiera diría, mirando desde afuera, sin recordar
siquiera que tú existes o que hayas existido alguna vez. Es un diálogo
entre dos, que tú inicialmente has permitido pero que finalmente (y
sanamente), en el climax prescinde de tu supervisión y de todo eso
que en la vida mundana supones que constituye tu YO. Si en un cine
encienden la luz en el momento del climax de la película se estropea el
climax. Análogamente el climax de armonía del masaje se estropearía si
en ese momento corrieses hacia eso que denominas tu YO y te
aferrases a la idea de lo que habitualmente crees que eres. Te sobra
lucidez para seguir un razonamiento fundamental y concluir, como
Descartes y como muchos otros pensadores, que no puedes estar
seguro de conocer qué somos realmente las personas. Lo que
denominas tu YO no pasa de ser el nombre de tu mejor hipótesis. Pero
por mucho esmero que hayas puesto en la elaboración de esa hipótesis
no tienes garantías respecto a ella. ¿Has leido Discurso del Método de
René Descartes? En ese razonamiento Descartes te obliga a reconocer
que con seguridad algo eres, pero en última instancia no puedes
describir ni garantizar qué eres. Entonces, ¿por qué arruinar el climax de
un buen y placentero masaje aferrándose una persona a la hipótesis
dudosa de su yo? Si en vez de gustarte los pensadores europeos
prefieres a los orientales, ahí tienes a los fundamentos del yoga
haciéndole a la idea del yo críticas bastante análogas a esa que hizo
Descartes. En los fundamentos del yoga se denomina La Trampa del Yo
a la tendencia que el ser humano no entrenado tiene de creer que su
obligación es estar en todo momento alerta, supervisando. Es una
trampa que restringe una fracción de tu libertad. Resumiendo: la primera
llave es entender que no necesitas cargar con tu yo y llevarlo a todas
partes del espacio y del tiempo. Tu yo es una hipótesis que solamente
debes utilizar cuando simplifique la participación en tal o cual
circunstancia. Y nada de olvidarse que es una hipótesis. Si te olvidas
y por uno de esos vaivenes de la vida llegas a ser Presidente,
Emperador, Rey o gobernante, puedes terminar desatando guerras.
Los responsables de desatar guerras nuca llegaron a saber que el yo
es hipotético.
Segunda llave :
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¿Cuánto mide tu ignorancia en términos relativos? Haz el cociente de
todo lo que sabes dividido por todo lo que ignoras de la vida y del
universo. ¿Puede tu ser conectarse con el océano de la ignorancia y
apreciar las olas dulces y bellas que danzan en la superficie? De ese
océano solamente vemos la superficie pero...¡qué espectáculo
sobrecogedor! ¡Qué maravilla! ¡Siempre habrá algo más para descubrir
y regalarle a nuestra conciencia! ¿Qué podría contener ese océano
inagotable? ¿La causa que destruya a este soporte material que
denominamos mundo? ¿El elemento de contención que asegure que
nada pueda terminar aniquilado mientras contenga portadores de
información? ¿Somos los humanos, desde el punto de vista básico del
funcionamiento del universo, portadores de información que requiere ser
preservada? Pero nada de eso importa seriamente. Solamente importa
reconocer nuestra ignorancia profunda respecto a los recursos que
tiene el universo para producir acontecimientos que no podemos imaginar.
Lo inimaginable y lo incalculable no admiten rótulos. A priori no podemos
rotularlos como esperanzas ni como amenazas. Son zonas excluidas del
alcance de nuestra mente. Ningún humano puede presentarse como
garante del conocimiento de lo que puede suceder mañana. ¿Cálculo de
trayectorias de cometas? ¿Arsenal nuclear declarado oficialmente y
arsenales todavía más poderosos que no son mencionados en la
información pública? ¿Que toda civilización se aniquila después de
alcanzar su cúspide? ¿Que los miembros de esta civilización actual nos
creemos superdotados y suponemos que la cúspide ya fue alcanzada y
entre el instante actual y la aniquilación media un lapso breve? Todas
esas ideas están contaminadas por el error de adherirse al ego, al yo,
que sólo mira hacia sí mismo, sin apreciar la profundidad de las razones
que nos hacen sentir más ignorantes que dueños de un saber cierto o
infalible. Soy el humano modelo 2009. Miro sólo hacia mí mismo. ¡Me
aterra tomar conciencia del saber inmenso e infalible que poseo! ¡Con
todo ese saber, que incluye al segundo principio de la termodinámica, ya
veo el fin inevitable del cosmos! ¡Oh, sé tanto que me asusto! ............
Basta. El conocimiento más confiable que podemos adquirir es tomar
conciencia de la ignorancia que nos exime de la obligación de sufrir por
el futuro.
En resúmen, una llave es darle al yo de vez en cuando vacaciones, para
que nuestro ser y el universo se comuniquen como les gusta hacerlo a
los novios, sin la presencia supervisora de otras miradas. La otra llave
es reconocer sinceramente la ignorancia y aprovecharla para no sufrir
por un futuro que excede, en todas las dimensiones, los alcances de
nuestro conocimiento. Ese sufrimiento es absurdo e innecesario.
Estimado Digglet, desde lo más profundo de mi conciencia me he
sincerado contigo. Ahora sólo espero tu respuesta. Un saludo
fraterno.
Basandome en lo que has escrito:
La verdad que desconectarme del YO es algo
que he practicado desde pequeño, podriamos decir,
que para escapar de mis miedos.
Recuerdo que cuando era pequeño y se hacia de noche
me recostaba en la parte delantera del auto de mi mama
y veia las estrellas y recuerdo que no pensaba en nada,
solo las miraba. Las veces que voy a la playa me gusta
salir a caminar por la orilla y conversar con algun familiar.
Lo que me has dicho me hace mucho sentido y me recuerda
a un primo que tambien tiene trastorno bipolar, ambos compartimos
expiencias sobre la "enfermedad", y algo que nos pasa con
frecuencia es que nos perdimos en el analisis de fenomenos,
yo me voy por el lado de la fisica y el por el de la filosofia, con
respecto a esto creo que algo que le pasa a todo el mundo,
al momento de analizar algo, es que se pierde, su mente se envuelve
con el fenomeno.
Con respecto al tema de la ignorancia, recuerdo una cita de Einstein:
"todos somos muy ignorantes. lo que pasa es que no todos ignoramos
las mismas cosas", y si a esa ignorancia, que se relaciona con lo que
el ser humano ya conoce, le sumamos la ENORME infromacion que el ser humano no ha descubierto podemos llegar a la conclusion de que
simplemente no sabemos nada. Esto me recuerda a las profecias que
mencionaba en el articulo, la verdad es que no entiendo ni creo que
un simple ser humano nos pueda decir lo que va a pasar y con esto
llegamos nuevamente al tema de la ignorancia, esa puerta trancada
que separa al humano del futuro.
La verdad es que lo que me has dicho me llego mucho y tambien
me ha servido de mucho, basandome en esto creo que a traves de este
foro haremos una gran amistad...
Saludos chap
poner "nuevamente contigo" pero puse "por este medio" porque no
suena tanto como "oh, Digglet, estoy perdidamente enamorado de tí",
que no es el contexto que intento establecer. Aclarado eso puedo usar
la frase que salió de mi pensamiento espontáneo y decir que es un
placer comunicar nuevamente contigo. Sí, hombre, creo que podemos
compartir ideas y experiencias de lo que vamos viviendo o hemos vivido.
Ya que tienes la hermosa compañía de tu Polola , compartiré contigo
algo que a mis 15 años me enseñó el abuelo de un amigo. El viejo era
un italiano trabajador y muy lúcido. Yo era un muchachito preocupado
por el primer desacuerdo con su flamante noviecita. Escuchó mi
problema atentamente y al final, como conocimiento fundamental me
transmitió lo siguiente. " La obligación del hombre no es entender a la
mujer. Es solamente llevarse bien". Imagina esa frase toda pronunciada
con ese acento gracioso de los italianos que malaprendieron el español,
algo así como " La opligatzione de lo hombre no né entendere a la
moquere. É solamente ievarsi bene. " Espero que como a mi, este
consejo sabio del viejo te sirva más que todas las reflexiones sobre
el YO, el NO-YO , el infinito y la ignorancia. Por las dudas transmítele a
tu primo esta gran sabiduría. Tal vez le ayudes a reducir las dosis de
risperidona. Un saludo fraterno.