Cierro mis ojos,
cae el telón, terminó la función de la realidad.
Acaba todo,
la luz se hace remota en el tiempo
y aquí estamos denuevo
juntos yo y mis colegas.

Grito fuerte
para hacer estallar la bocina que emite el silencio pesado,
ese silencio que alimenta los debates,
ese silencio que me muestra las dualidades detrás del mundo.

Miro el cielo de mis párpados,
colores bailan, imágenes corren,
conceptos indescriptibles se hacen evidentes.

¡Hay gente en mi cabeza!,
golpean mesas virtuales imponiendo sus ideas,
derraman café y me queman el cerebro.
El pánico se hace efervecente,
busco refugio en el vacío, me sudan las manos y la cara,
apreto los dedos de mis pies contra sus plantas.

... duermo ...