Los llamamos trogloditas, primitivos, hombres de las cavernas. Pero si cualquiera de nosotros se intercambiara con uno de ellos, lo más probable es que moriríamos en pocos días. Ha habido obras de ciencia-ficción y películas al respecto, claro, y siempre le ocurre a Mc Givers en potencia que saben de todo como para sobrevivir y tal... Pero, ¿es realista? Todos sabemos que es necesario frotar un palito contra un tronco con movimientos circulares para hacer fuego, ¿pero cuántos de nosotros lo conseguiríamos? ¿Qué tipo de palito contra que tipo de tronco? Lo más probable es que a la mayoría nos acabarían ardiendo los callos de las manos más que la madera. Y aunque lo consiguiéramos, ¿qué hacemos con el fuego? ¿Cómo conseguimos comida con él? ¿Cómo evitamos un incendio forestal?
Todo esto, me llevó a formularme el siguiente juego: ¿qué sería lo mínimo que habría que salvar para recuperar el nivel de conocimientos actual? Da la casualidad que justo el día después de empezar a formular estas preguntas, Ricardo y Dramey, entre otros, empezaron a discutir en los foros sobre la dependencia de la sociedad con las máquinas, y las consecuencias sobre la especie humana de un gran cataclismo. Así, pues, voy a compartir este juego con vosotros. Os daré mi respuesta particular (una de ellas, al menos), y por supuesto os invitaré a dejar vuestra respuesta como comentario.
Las reglas
Empecemos a establecer las normas antes que nada. Lo primero que tenemos que establecer será la cantidad de personas con las que podemos contar. Debe ser un número reducido, pero lo suficientemente grande como para contar con la suficiente variabilidad genética para garantizar la viabilidad del grupo. En ese sentido, la calidad genética de las personas deberá ser cuidadosamente medida. En vez de dar un número de personas al azar, me voy a basar en la película Matrix Reloaded, donde el Arquitecto pedía a Neo que escogiera 23 personas para reconstruir Sión: exactamente 16 mujeres y 7 hombres.
Lo segundo será establecer cuanta la cantidad de medios de los que dispondrán. No sería lo mismo que se encontraban en la tierra tal y como estaba en la edad de piedra, o bien como está ahora (pero sin personas). Para esto, describiré dos situaciones que tienen visos de ser realistas, aunque son más de ciencia ficción: un cataclismo arrasa la tierra, y la ciencia sólo alcanza a construir un búnker suficientemente fuerte para las 23 personas; o la conolización de otro planeta, las 23 personas están crionizadas durante todo el trayecto, y las distancias interplanetarias hacen inviable la comunicación, por lo que nuestros héroes estarán solos. En ambos casos, no dispondrán de un planeta totalmente equipado, pero podemos suponer que, al menos inicialmente, contaran con un cantidad moderada de recursos.
El objetivo, obviamente, es recuperar la civilización actual en el menor tiempo posible. Incluso, aprovechando que empezamos de limpio, podemos intentar conseguir algo mejor.
Mi solución
Naturalmente, la primera actividad será inseminar a todas las mujeres. En esta situación no podemos permitirnos la variabilidad del método tradicional, así que quien se imaginara un "festín", tendrá que esperar un par de generaciones.
Mi primer pensamiento fue intentar preservar la variabilidad racial de la especie, con lo cual cada mujer solo podrá ser inseminada por un hombre de la misma raza. Tener una sola copia del gen Y para cada raza puede ser muy arriesgado, así que al menos dos machos de cada raza. Esto nos limitaría a tres razas como mucho... además, haría que el grupo en realidad funcionara como tres grupos en paralelo. Creo que sería más efectivo no hacer esta separación. Es más, para maximizar las combinaciones genéticas posibles, tras el primer hijo, cada mujer debería ser inseminada por un hombre distinto; y no se debería repetir hasta, al menos, haber sido inseminada por los siete. Claro, que más eficaz que repetir, lo mejor sería que fuera inseminada por un individuo de la segunda generación (no hijo suyo, claro), que los primeros ya tendrán cerca de 7 años. Además, los embarazos deberán ser escalonados, de forma que no den todas las mujeres a luz al mismo tiempo (¡no habría personas libres para ayudar en el parto!).
Para preservar los conocimientos, en un proyecto de repoblación como este, considero más importante asegurarse que las personas de la expedición tengan (y sean capaces de transmitir a su prole) conocimientos generales de ciencia básica, más que conocimientos específicos. En este sentido, yo enviaría más bien a científicos que a ingenieros. Por la naturaleza del ser humano, y por la necesidad de la situación, estoy seguro de que la habilidad de aplicar la ciencia para obtener resultados prácticos (i.e, la ingeniería) reaparecerá por si sola. En este sentido, más que formar a los descendientes para comprender toda la ciencia de hoy en día, el objetivo será mantener la formación lo suficientemente alta como para que, cuando la situación lo permita, sean capaces de recuperar los conocimientos de la biblioteca del búnker o nave (que sin duda será uno de los recursos más importantes que la expedición acarreará consigo).
Llegó el momento de asignar una especialidad a cada uno de los 23 elegidos. Como no podemos permitirnos ni un aborto, las mujeres tendrán una actividad física algo más limitada. La mayoría de las especialidades estarán repetidas, por seguridad. Los siete primeros en la lista serán los hombres.
- Experto en supervivencia, con la capacidad de encontrar recursos en un entorno natural virgen.
- Experto en supervivencia.
- Cazador, encargado de montar partidas de caza para alimentar al grupo.
- Botánico, experto en plantas y sus propiedades: alimenticias, medicinales y venenosas (esencial para evitar que se envenene el grupo).
- Pescador, similar al cazador, pero para debajo de las aguas.
- Manitas, encargado de construir y refuguios para el grupo.
- Médico, para tratar al grupo, encargado de las inseminaciones, y asistir a los partos (será el único personal médico que nunca estará de nueve meses cuando alguien vaya a parir ).
- Médica.
- Médica.
- Médica.
- Infermera.
- Infermera.
- Pedagoga, ayudará a educar a los descendientes, y ayudará a los expertos a transmitir los conocimientos.
- Pedagoga.
- Física, encargadas de asegurarse que las nuevas generaciones tengan individuos capaces de entender los libros de física.
- Física.
- Matemática, similar a las físicas.
- Matemática
- Química, similar al resto de científicas. Sólo me cabe una, pero no es un gran problema ya las físicas y biólogas podrán probablemente ayudarla.
- Bióloga, similar al resto de científicas. Puede ser de gran ayuda al cazador, botánico, pescador y al equipo médico (por eso pongo más biólogas).
- Bióloga.
- Bióloga.
- Ingeniera, se encargará de asegurarse que las futuras generaciones recuerden que se puede llegar a hacer con la ciencia.
Por último, si yo fuera encargado de la selección, me encargaría de que los integrantes estuvieran concienciados de los problemas ecológicos que los seres humanos hemos causado en nuestra primera oportunidad, y que por lo tanto, se encargarán de dejar en la nueva sociedad claros los valores de sostenibilidad que tanta falta nos hacen.
También me aseguraría de que fueran todos ateos convencidos, ya que siempre he tenido la convicción personal de que si una persona no se cría en un entorno que le "enseña" estas supersticiones, nunca se verá abocada a ellas; y hará más factible la creación de una nueva sociedad culturizada y con espíritu científico, sin pseudociencia.
Comentarios finales
Aunque pueda parecer raro, en el origen del homo sapiens ocurrió un experimento similar al que propongo. Nuestra especie surgió de un grupo muy reducido de precursores. Cuando los primeros "monos" bípedos con gran éxito (neandertales) ya se habían extendido por Europa y Ásia, llegó la glaciación, que dejó África en una gran sequía, ya que casi toda el agua estaba congelada. ¿Qué hacen la mayoría de animales en una gran sequía? Morirse. Claro, los primeros que se mueren son los más torpes para encontrar comida. Estas condiciones tan extremas hicieron que la inteligencia fuera un factor positivo para la selección natural; un "mono" bípdeo inteligente podría idear nuevas tácticas. Al final de la glaciación, se estima que apenas sobrevivió un pequeño número de cromañones de los que descendemos todos. Ese es el motivo de que, pese a las diferencias raciales, nuestra especie es mucho más homogénea genéticamente que otras.
Y si 23 personas os parecen pocas para reconstruir la civilización, a Pedrolo le pareció suficiente Alba y su hijo.
Bueno volviendo al tema de las religiones, estas creo que nacieron mientras el hombre fue evolucionando y empezó a razonar para poder explicar aquello que desconocía, para el caso en que mencionas en este artículo de blog supongo que ya no se dará el caso pues ya no seria un proceso de evolución del hombre si no mas bien uno de adaptación a un medio determinado.
Pd: Hablando de Colón y de viajes intercontinentales que ocurrieron hace tiempo me han hecho acordar, posiblemente en la semana venidera publique algo que se leí en una ocasión de como los incas llegaron a una isla de Oceania .
Ya basta de comentarios superfluos