Actualmente podemos ver en los anuncios de la televisión publicidad sobre alimentos prebióticos que contienen ácido láctico para proteger nuestra flora intestinal y tener las defensas al máximo para evitar las infecciones y los resfriados.

El problema de estos alimentos es que es un muy difícil afirmar que realmente estamos protegidos como anuncia la publicidad ya que al ingerir el producto, muchos de los microorganismos mueren, por lo tanto llegan muy pocos a nuestro estómago.

Exiten remedios naturales para conseguir los mismos efectos que se buscan.
Por ejemplo, el kéfir. Se trata de una combinación de bacterias prebióticas (Lactobacillus acidophilus) y de levaduras (Saccharomyces Kefir) en una matriz de proteínas, lípidos y azúcares. Tiene un aspecto similar al de una coliflor pero más blando. Proviene del Caúcaso y es popular porque se decía que aportaba longevidad a quien lo consumía y la gente llegaba por lo menos a los 110 años.

Quimicamente se explica este hecho debido a que la Lactobacillus acidophilus oxida la lactosa a ácido láctido haciendo bajar el pH del estomago y por lo tanto eliminando todos los posibles patógenos.
La Saccharomyces kefir produce etanol en pequeñas cantidades y también ayuda a las defensas.

Se puede obtener en herboristeiras de manera gratuita. Su modo de empleo es especialmente fácil lo cual es una ventaja para aquellas personas que no toleran la lactosa de la leche ya que al final solo consumen el ácido láctico al cual muy poco gente es alergica.

El kéfir se pone en un bote de vidrio que debe ser hermético en la cocina. Se necesita leche auténtica, por lo menos una leche que sea entera. Se introduce el kefir, más o menos el tamaño de una cucharada y se añade 1 litro de leche. Se debe dejar cerrado durante unas 24 horas hasta que se observe un color un poco amarillento. El tiempo que debe estar es orientativo ya que dependerá de la temperatura de la cocina y por lo tanto es habitual que en verano el proceso de fermentación puede durar menos que en invierno.

Una vez terminada la fermentación se cuela y se aparta el kefir de la leche fermentada. Se repite la operación para obtener mñas producto.

El fermentado se puede tomar así o después de introducirlo en la nevera para tenerlo fresco. Se le puede añadir azúcar para que tenga un sabor más dulzón,pero todo dependerá del paladar de cada comensal.

Se puede también mezclar con frutas o con lo que se quiera.

Si alguien se anima a probarlo que postee su experiencia.
Yo iré a buscarlo a una tienda de Barcelona que lo ofrecen de manera gratuita.
Ya os contaré.