¡Hola a todos!
Como siempre, antes de empezar, decir que acabo de enviar al padre de Fresnel vuestras respuestas. El pobre se esperaba mayor cantidad, pero sin duda está más que agradecido a los que habéis participado, librándole de la duda tras muchos muchos años.
El desafío de hoy es algo diferente, porque esta vez no he tenido la fortuna de reunirme con ningún personaje conocido. De hecho, todo lo contrario. Me encontré con alguien tan anónimo que ni siquiera quiso confesarme ni nombre.
Seguramente el secretismo se debe a que le pillé haciendo algo un poco feo. Yo estaba estirando las piernas dando un paseo por el desierto a las afueras de la ciudad. Justo al pasar por la última hilera de casas del pueblo, me encontré a este individuo agazapado tras un matorral. «Pero buen hombre, ¿qué hace ahí?»
Al ver que respondía con evasivas, entendí que era un fisgón. Intentaba mirar por las ventanas de las casas, y la loma que hay justo a las afueras es el mejor sitio. Así que decidí cogerlo por los hombros, y levantar el vuelo para llevarlo a comisaría.
Durante el paseo aéreo, tuve que aguantar sus peticiones de clemencia y arrepentimiento. Lo que me sorprendió oír fue lo siguiente: «Además, hoy no pude ver nada. Cuando vengo de noche, si se ve perfectamente el interior de las casas. Pero hoy no pude esperar al anochecer y, por primera vez, vine de día... pero las ventanas estaban muy muy oscuras, el interior era invisible».
Esta última parte me interesó, y le pedí que continuara explicando. «No lo entiendo. Sin duda, la luz del sol entra por las ventanas, y debería reflejarse en las paredes de las habitaciones, sé de buena tinta que son blancas. Pero no, la luz no sale por la ventana. Es como si desapareciera, ¿no es un problema con la conservación de la energía?»
Además, hay un pequeño bonus. El hombre me contó que, en una de las habitaciones que daban a donde él se suele situar, los habitantes habían instalado un horno gigante de alfarería, eléctrico. Lo habían puesto a una temperatura extremadamente alta, y de esa ventana era la única que salía cierto resplandor rojo. El fisgón no lo entendía, si fuera un horno de madera, la luz podría ser del fuego. Además, el fulgor parecía venir desde todos los puntos de dentro de la habitación, no desde ninguno en concreto.
Creo que, aunque venga de un criminal, es una situación ideal para un desafío. La pregunta que debéis responder es ¿por qué las ventanas de los edificios parecían totalmente oscuras? ¿Qué pasa con la luz solar que entra? Y si respondéis al bonus, ¡obtendréis más puntos!
Como siempre, antes de empezar, decir que acabo de enviar al padre de Fresnel vuestras respuestas. El pobre se esperaba mayor cantidad, pero sin duda está más que agradecido a los que habéis participado, librándole de la duda tras muchos muchos años.
El desafío de hoy es algo diferente, porque esta vez no he tenido la fortuna de reunirme con ningún personaje conocido. De hecho, todo lo contrario. Me encontré con alguien tan anónimo que ni siquiera quiso confesarme ni nombre.
Seguramente el secretismo se debe a que le pillé haciendo algo un poco feo. Yo estaba estirando las piernas dando un paseo por el desierto a las afueras de la ciudad. Justo al pasar por la última hilera de casas del pueblo, me encontré a este individuo agazapado tras un matorral. «Pero buen hombre, ¿qué hace ahí?»
Al ver que respondía con evasivas, entendí que era un fisgón. Intentaba mirar por las ventanas de las casas, y la loma que hay justo a las afueras es el mejor sitio. Así que decidí cogerlo por los hombros, y levantar el vuelo para llevarlo a comisaría.
Durante el paseo aéreo, tuve que aguantar sus peticiones de clemencia y arrepentimiento. Lo que me sorprendió oír fue lo siguiente: «Además, hoy no pude ver nada. Cuando vengo de noche, si se ve perfectamente el interior de las casas. Pero hoy no pude esperar al anochecer y, por primera vez, vine de día... pero las ventanas estaban muy muy oscuras, el interior era invisible».
Esta última parte me interesó, y le pedí que continuara explicando. «No lo entiendo. Sin duda, la luz del sol entra por las ventanas, y debería reflejarse en las paredes de las habitaciones, sé de buena tinta que son blancas. Pero no, la luz no sale por la ventana. Es como si desapareciera, ¿no es un problema con la conservación de la energía?»
Además, hay un pequeño bonus. El hombre me contó que, en una de las habitaciones que daban a donde él se suele situar, los habitantes habían instalado un horno gigante de alfarería, eléctrico. Lo habían puesto a una temperatura extremadamente alta, y de esa ventana era la única que salía cierto resplandor rojo. El fisgón no lo entendía, si fuera un horno de madera, la luz podría ser del fuego. Además, el fulgor parecía venir desde todos los puntos de dentro de la habitación, no desde ninguno en concreto.
Creo que, aunque venga de un criminal, es una situación ideal para un desafío. La pregunta que debéis responder es ¿por qué las ventanas de los edificios parecían totalmente oscuras? ¿Qué pasa con la luz solar que entra? Y si respondéis al bonus, ¡obtendréis más puntos!
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