¡Hola amigos de La web de Física! Esta ha sido una semana muy movida, aquí en el foro. Ha habido muchos hilos nuevos interesantes. En particular, a mi me ha gustado mucho uno que iba acerca de cómo se observa un movimiento des de dos sistemas de referencia diferentes. Me ha llamado la atención por que me ha recordado una conversación que tuve hace mucho tiempo con Galileo Galilei.
Una adorable noche italiana del siglo XVII, el gran genio y yo disfrutábamos de una hermosa velada en la ya inclinada torre de Pisa. Cuando las campanas dejaron escuchar sus palabras, empezó a contarme su última teoría: la relatividad de Galileo.
"Las leyes de la física deben ser las mismas para todos los observadores, independientemente de su posición o estado de movimiento", empezó. "Por ejemplo, imagínate un gran velero que se mueve a gran velocidad, de forma paralela a la costa. En la cima del palo mayor, un intrépido grumete deja caer una bala de cañón. Según las observaciones del grumete, y de cualquier persona que esté en el barco, la velocidad horizontal de la bala de cañón es nula. Por la ley de la inercia, ya que no hay ninguna fuerza paralela al suelo, la dicha velocidad será siempre nula; tan sólo actúa la vertical gravedad. Por lo tanto, para los viajeros del barco, la bala de cañón caerá verticalmente hasta la base del palo".
"Pero la ley de la inercia también debe ser válida para un observador que esté en la costa, quieto", continuó. "En ese sistema, la bala de cañón si tiene velocidad horizontal, y por inercia, dicha velocidad no variará. Por lo tanto la trayectoria será una sección de parábola".
Tras concluir su explicación, me miró satisfecho esbozando una sonrisa tras su frondosa barba. Mi respuesta, no obstante, le dejó sin respuesta: "Si las leyes de la física han de ser las mismas para cada observador, ¿cómo es que los observadores del barco ven que la bala de cañón cae en linea recta; y los de la costa ven una trayectoria parabólica? Si es la misma ley, ¿cómo es la trayectoria depende del sistema de referencia?".
Y, como podéis imaginar, esa es la pregunta que debéis responder para este desafío. Galileo, al final, fue capaz de esbozar una respuesta. Para vosotros, que ya conocéis las matemáticas de las ecuaciones diferenciales, debería ser aún más fácil. ¡Buena suerte!
Una adorable noche italiana del siglo XVII, el gran genio y yo disfrutábamos de una hermosa velada en la ya inclinada torre de Pisa. Cuando las campanas dejaron escuchar sus palabras, empezó a contarme su última teoría: la relatividad de Galileo.
"Las leyes de la física deben ser las mismas para todos los observadores, independientemente de su posición o estado de movimiento", empezó. "Por ejemplo, imagínate un gran velero que se mueve a gran velocidad, de forma paralela a la costa. En la cima del palo mayor, un intrépido grumete deja caer una bala de cañón. Según las observaciones del grumete, y de cualquier persona que esté en el barco, la velocidad horizontal de la bala de cañón es nula. Por la ley de la inercia, ya que no hay ninguna fuerza paralela al suelo, la dicha velocidad será siempre nula; tan sólo actúa la vertical gravedad. Por lo tanto, para los viajeros del barco, la bala de cañón caerá verticalmente hasta la base del palo".
"Pero la ley de la inercia también debe ser válida para un observador que esté en la costa, quieto", continuó. "En ese sistema, la bala de cañón si tiene velocidad horizontal, y por inercia, dicha velocidad no variará. Por lo tanto la trayectoria será una sección de parábola".
Tras concluir su explicación, me miró satisfecho esbozando una sonrisa tras su frondosa barba. Mi respuesta, no obstante, le dejó sin respuesta: "Si las leyes de la física han de ser las mismas para cada observador, ¿cómo es que los observadores del barco ven que la bala de cañón cae en linea recta; y los de la costa ven una trayectoria parabólica? Si es la misma ley, ¿cómo es la trayectoria depende del sistema de referencia?".
Y, como podéis imaginar, esa es la pregunta que debéis responder para este desafío. Galileo, al final, fue capaz de esbozar una respuesta. Para vosotros, que ya conocéis las matemáticas de las ecuaciones diferenciales, debería ser aún más fácil. ¡Buena suerte!
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