¡Hola a todos!
¿Qué tal el verano? ¿Caluroso, verdad? Pues no os podéis imaginar los litros que he llegado a sudar yo en Giza... hasta que tuve la oportunidad de irme de vacaciones a un lugar fresco. ¡Donde mejor que en el polo norte! Pues sí, lo habéis imaginado, estoy pasando este agosto en la habitación de invitados de mi gran amigo, Kal-el. Seguro que vosotros lo conocéis más por Clark. Quizá no debería revelar el secreto, pero como sé que estamos en familia y sois de fiar, os lo diré: ¡él es superman! Silencio, es un secreto, ¿de acuerdo?
La verdad es que aquí se está muy bien, lejos de la canícula. Además, estoy escuchando un montón de historias a cerca de las aventuras del hombre de acero. Sobre todo, la otra cara que nunca aparece publicada en el Planet. Precisamente, esta mañana, me estaba contando lo diferente que se ven las cosas cuando observa la vida cotidiana con su visión de rayos X. Por ejemplo, me contó, que un día tras salvar un autobús escolar que se precipitaba por el abismo de un puente colgante, se relajó observando el funcionamiento de los motores de los coches que pasaban por allí. "Es impresionante ver la velocidad a la que se mueven los pistones", decía; "la válvula de mariposa abriéndose según el conductor pisa el acelerador, el embrague, los engranajes encajando la marcha apropiada para cada ocasión. La columna de dirección haciendo girar la cremallera para hacer girar las ruedas siguiendo los mandatos del volante...".
Llegados a este punto, reconocí de inmediato la expresión de extrañeza en el invulnerable rostro de mi amigo. "Me dí cuenta que, al girar el volante, las dos ruedas no giran el mismo ángulo, al contrario de lo que yo había supuesto. Al principio pensé que era un defecto del coche que estaba mirando; pero no, observé lo mismo en muchos otros vehículos".
No pude reprimir mi respuesta: "Tranquilo, no te preocupes. Tengo unos amigos que te lo explicarán. ¡Ya verás como lo entiendes!". Y como podéis imaginar, esos sois vosotros; tenéis el resto del agosto para explicarle a Kent por qué deben las dos ruedas de un coche girar ángulos diferentes para poder tomar una curva. ¡Puntos extras para quién, además, sea capaz de explicar que relación debe haber entre el ángulo de giro de cada rueda!
¿Qué tal el verano? ¿Caluroso, verdad? Pues no os podéis imaginar los litros que he llegado a sudar yo en Giza... hasta que tuve la oportunidad de irme de vacaciones a un lugar fresco. ¡Donde mejor que en el polo norte! Pues sí, lo habéis imaginado, estoy pasando este agosto en la habitación de invitados de mi gran amigo, Kal-el. Seguro que vosotros lo conocéis más por Clark. Quizá no debería revelar el secreto, pero como sé que estamos en familia y sois de fiar, os lo diré: ¡él es superman! Silencio, es un secreto, ¿de acuerdo?
La verdad es que aquí se está muy bien, lejos de la canícula. Además, estoy escuchando un montón de historias a cerca de las aventuras del hombre de acero. Sobre todo, la otra cara que nunca aparece publicada en el Planet. Precisamente, esta mañana, me estaba contando lo diferente que se ven las cosas cuando observa la vida cotidiana con su visión de rayos X. Por ejemplo, me contó, que un día tras salvar un autobús escolar que se precipitaba por el abismo de un puente colgante, se relajó observando el funcionamiento de los motores de los coches que pasaban por allí. "Es impresionante ver la velocidad a la que se mueven los pistones", decía; "la válvula de mariposa abriéndose según el conductor pisa el acelerador, el embrague, los engranajes encajando la marcha apropiada para cada ocasión. La columna de dirección haciendo girar la cremallera para hacer girar las ruedas siguiendo los mandatos del volante...".
Llegados a este punto, reconocí de inmediato la expresión de extrañeza en el invulnerable rostro de mi amigo. "Me dí cuenta que, al girar el volante, las dos ruedas no giran el mismo ángulo, al contrario de lo que yo había supuesto. Al principio pensé que era un defecto del coche que estaba mirando; pero no, observé lo mismo en muchos otros vehículos".
No pude reprimir mi respuesta: "Tranquilo, no te preocupes. Tengo unos amigos que te lo explicarán. ¡Ya verás como lo entiendes!". Y como podéis imaginar, esos sois vosotros; tenéis el resto del agosto para explicarle a Kent por qué deben las dos ruedas de un coche girar ángulos diferentes para poder tomar una curva. ¡Puntos extras para quién, además, sea capaz de explicar que relación debe haber entre el ángulo de giro de cada rueda!
Comentario