Re: ¿Filosofía y ciencia?
Hola.
Gracias a los que habéis respondido a mis preguntas. Espero que este ejercicio mayéutico os haya resultado útil.
Voy a exponer mi humilde opinión, y así someterme a las preguntas que veais pertinentes. Las preguntas, de las que muchas no sabré (o no querré) contestar, mostrarán sin duda las debilidades de mi argumentación.
La filosofía, la ciencia, y las mátemáticas han formado, hasta el siglo XVIII, un cuerpo único de conocimiento, con una metodología única, basada en el pensamiento racional. De hecho, la obra de Newton se llama “Philosophiae Naturalis Principia Mathematica”. El punto débil de esta metodología es que distintos actores racionales, pueden llegar, con su pensamiento racional, a conclusiones diversas. Por tanto, era clave encontrar procedimientos objetivos que permitan discernir entre argumentaciones racionales contradictorias.
El método científico es uno de esos procedimientos objetivos. Se mira a la naturaleza, y se selecciona la argumentación racional (la teoría) que está de acuerdo con las observaciones. Este procedimiento objetivo hace que podamos separar la ciencia del resto del conocimiento. Obviamente, la ciencia se aplica a fenómenos objetivos, no directamente relacionados con el raciocinio del observador.
El método axiomático es otro procedimiento objetivo. Se codifican los conceptos y las ideas con una serie de símbolos, se introducen unos axiomas y unas reglas de inferencia, y se considera que una argumentación es válida si se deriva de los axiomas aplicando las reglas de inferencia. Esto se aplicó a las matemáticas y a la lógica, desde Leibniz, y quizás la obra clave de esta formalización de lógica y matemáticas es el “Principia Mathemática”, de Russel y Whitehead. Una vez que la lógica está formalizada, ya no es necesario un agente racional para aplicarla. Me vale un algoritmo, un ordenador, para derivar teoremas, y realizar silogismos, que pueden ser arbitrariamente complicados. De esta manera, la lógica y las matemáticas quedan fuera de la filosofía, si la definimos como el ámbito exclusivo del pensamiento racional.
¿Qué nos queda en la filosofía? Problemas difíciles que no son falsibles a través de la observación, ni derivables a partir de axiomas. Problemas como la consciencia, o la ética. Estos problemas pueden abordarse (que no resolverse) mediante el pensamiento racional. No obstante, esto es siempre un procedimiento problemático, ya que no es objetivo. Pero es lo que hay.
Para mí el objeto de la filosofía debería ser rumiar estos problemas difíciles, y buscar situaciones en los que pueda encontrarse un consenso amplio entre actores racionales (en cuyo caso es posible que se identifique una formalización axiomática), o situaciones en las que pueda encontrarse una relación con observaciones externas (en cuyo caso, el problema pasa a la ciencia). Dicho de otra forma, el objeto de la filosofía debe ser disminuir su campo de aplicación. Esto quizás no se logre nunca del todo, y la filosofía siempre exista para algunos problemas especialmente difíciles.
Por ejemplo, sería bueno que la filosofía relacionara la consciencia con fenómenos observables como comportamientos, o señales nerviosas. Entonces, pasaría el problema de la consciencia a la ciencia (a la neurociencia, en concreto).
También sería bueno que la filosofía relacionara la ética con el equilibrio entre bienestar de una sociedad y el bienestar de los individuos. En ese caso, la ética, y las leyes, podrían deducirse en un sistema axiomático a partir de la evaluación del efecto de ciertas conductas sobre la sociedad y sus individuos.
Un saludo
Hola.
Gracias a los que habéis respondido a mis preguntas. Espero que este ejercicio mayéutico os haya resultado útil.
Voy a exponer mi humilde opinión, y así someterme a las preguntas que veais pertinentes. Las preguntas, de las que muchas no sabré (o no querré) contestar, mostrarán sin duda las debilidades de mi argumentación.
La filosofía, la ciencia, y las mátemáticas han formado, hasta el siglo XVIII, un cuerpo único de conocimiento, con una metodología única, basada en el pensamiento racional. De hecho, la obra de Newton se llama “Philosophiae Naturalis Principia Mathematica”. El punto débil de esta metodología es que distintos actores racionales, pueden llegar, con su pensamiento racional, a conclusiones diversas. Por tanto, era clave encontrar procedimientos objetivos que permitan discernir entre argumentaciones racionales contradictorias.
El método científico es uno de esos procedimientos objetivos. Se mira a la naturaleza, y se selecciona la argumentación racional (la teoría) que está de acuerdo con las observaciones. Este procedimiento objetivo hace que podamos separar la ciencia del resto del conocimiento. Obviamente, la ciencia se aplica a fenómenos objetivos, no directamente relacionados con el raciocinio del observador.
El método axiomático es otro procedimiento objetivo. Se codifican los conceptos y las ideas con una serie de símbolos, se introducen unos axiomas y unas reglas de inferencia, y se considera que una argumentación es válida si se deriva de los axiomas aplicando las reglas de inferencia. Esto se aplicó a las matemáticas y a la lógica, desde Leibniz, y quizás la obra clave de esta formalización de lógica y matemáticas es el “Principia Mathemática”, de Russel y Whitehead. Una vez que la lógica está formalizada, ya no es necesario un agente racional para aplicarla. Me vale un algoritmo, un ordenador, para derivar teoremas, y realizar silogismos, que pueden ser arbitrariamente complicados. De esta manera, la lógica y las matemáticas quedan fuera de la filosofía, si la definimos como el ámbito exclusivo del pensamiento racional.
¿Qué nos queda en la filosofía? Problemas difíciles que no son falsibles a través de la observación, ni derivables a partir de axiomas. Problemas como la consciencia, o la ética. Estos problemas pueden abordarse (que no resolverse) mediante el pensamiento racional. No obstante, esto es siempre un procedimiento problemático, ya que no es objetivo. Pero es lo que hay.
Para mí el objeto de la filosofía debería ser rumiar estos problemas difíciles, y buscar situaciones en los que pueda encontrarse un consenso amplio entre actores racionales (en cuyo caso es posible que se identifique una formalización axiomática), o situaciones en las que pueda encontrarse una relación con observaciones externas (en cuyo caso, el problema pasa a la ciencia). Dicho de otra forma, el objeto de la filosofía debe ser disminuir su campo de aplicación. Esto quizás no se logre nunca del todo, y la filosofía siempre exista para algunos problemas especialmente difíciles.
Por ejemplo, sería bueno que la filosofía relacionara la consciencia con fenómenos observables como comportamientos, o señales nerviosas. Entonces, pasaría el problema de la consciencia a la ciencia (a la neurociencia, en concreto).
También sería bueno que la filosofía relacionara la ética con el equilibrio entre bienestar de una sociedad y el bienestar de los individuos. En ese caso, la ética, y las leyes, podrían deducirse en un sistema axiomático a partir de la evaluación del efecto de ciertas conductas sobre la sociedad y sus individuos.
Un saludo
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